Al tratar el tema de cadena de valor o suministro, una gran cantidad de empresarios asignan a sus proveedores un rol tan importante en sus procesos productivos o de servicios que puede ser igual o más relevante que el de sus propios colaboradores, al ser parte fundamental en la generación de valor agregado a sus clientes finales.

Grandes corporativos hoy solicitan a sus proveedores incorporar sistemas de gestión que les faciliten una operación con mejores estándares de calidad, además de que garanticen aspectos básicos y relevantes como el respeto a los derechos humanos, cumplir con las leyes laborales y ambientales, favorecer el desarrollo profesional de sus colaboradores, así como contribuir con el cuidado y protección del medio ambiente, entre otros aspectos que son vitales para integrar su plantilla de proveeduría.

Diversas organizaciones, como el Centro Mexicano para la Filantropía (CEMEFI), han realizado un impulso importante para que las empresas, grandes, medianas y pequeñas, incorporen en sus estrategias de negocio a su cadena de suministro, como un factor que va a potencializar sustantivamente las metas de crecimiento.

La globalización de la economía es uno de los factores que hacen más imperante la incorporación de la cadena de valor en todas las empresas, ya que el dinamismo que se presenta en el intercambio comercial o de servicios nos lleva a visualizar dos panoramas. El primero, exigir que los proveedores cumplan con las políticas que establece la organización, descartando definitivamente a quienes no las atiendan. La segunda vía, y que es la más idónea, apoyarles y dar asesoría en sus procesos de mejora, hasta que vayan cumpliendo con todos los requisitos o estándares de sostenibilidad que se requieren para ser competitivos.

Es aquí donde la práctica y transmisión de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) adquiere mayor relevancia, pues empoderamos a nuestros grupos de interés y fortalecemos de manera práctica la sustentabilidad de nuestra empresa. Por ello es importante que, grande o pequeño nuestro negocio, contemos con criterios responsables de compra, que determinen aspectos básicos de sostenibilidad, los cuales podamos identificar a través de un sistema de evaluación que facilite verificar y monitorizar el desempeño responsable de cada uno de los proveedores, lo que también influirá en la atención de sus áreas de oportunidad, además de prevenir y mitigar en nuestra empresa riesgos de reputación corporativa.

Como punto de partida, se puede recomendar la implementación de un Código para Proveedores, que es un excelente instrumento donde se comprometen ambas partes a cumplir con los acuerdos establecidos, el cual deberá contener aspectos tan importantes como el cumplimiento ético, la seguridad y salud del personal, el cuidado del medio ambiente, entre los rubros más importantes.

Grandes corporativos en México hoy solicitan a sus proveedores tener el Distintivo ESR, como requisito que avale su práctica socialmente responsable, el cual se obtiene al cumplir con indicadores de ética empresarial, calidad de vida en la empresa, desarrollo social o comunitario y cuidado y preservación del medio ambiente, donde también influyen los de la cadena de valor.

Invertir y contribuir en la responsabilidad social corporativa no sólo beneficia a nuestras empresas, también lo hace con aquellos proveedores que se comprometen con el negocio de sus clientes.

Cifras de la RSE

1.- Con el objetivo de atender anualmente a unos 10 mil migrantes, la Universidad Iberoamericana Tijuana colocó la primera piedra de lo que será el “Centro de Capacitación, Autoempleo y Emprendimiento El Triángulo”, que atenderá a este sector vulnerable. El proyecto contará con la participación de la empresa estadounidense Herman Miller, fabricante de mobiliario para interiores y que tiene presencia en más de 100 países, quienes donarán parte del mobiliario.

2.- Volkswagen de México y el Gobierno Municipal del Estado de Puebla llevaron a cabo su jornada de reforestación en los parques De la Familia y Mantarraya, ubicados en la zona de Los Fuertes, donde se tuvo la participación de unos 300 voluntarios de la empresa y en la que se logró la siembra de poco más de 1,000 árboles de pirul, los cuales se adaptan fácilmente a la región, ayudan a la regeneración de los suelos y son resistentes a los efectos del cambio climático, de acuerdo con estudios de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO).

3.- Será el próximo 20 de septiembre cuando se presente la Ley Fintech, la cual regulará la participación de empresas de la industria tecnológica financiera y de las que existen unas 240 en México. Además de reglamentar a un sector que se prevé siga en aumento, la nueva ley también busca que haya mayores oportunidades para aquellos sectores que no tienen acceso a los productos financieros, es decir que se dé una inclusión financiera y se pueda potencializar el crecimiento económico de éstos. Esperemos que no se vaya a convertir en un dolor de cabeza más para aquellos emprendedores que se ven apurados por el manejo de créditos en sus operaciones.

Hasta la próxima ronda de Negocios Sustentables.

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