“La caca sonriente es símbolo de buena suerte”

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¿Habrá sido un lapsus derivado del cansancio y el presidente acusó a los corruptos de fuchi/guácala en lugar de fuchi/caca?, ¿pensó el presidente en excrementos, deposiciones, deyecciones o defecaciones al referirse a los “corruptos” o simplemente se le hizo simpático el mote, una de esas frases que le provocan el aplauso fácil?, ¿importa acaso algo de eso?, ¿no deberíamos discutir temas más relevantes como una economía en picada, la violencia que no para o la crisis de salud que terminará con miles de vidas por negligencia?

Pues, por desgracia, creo que importa, y mucho, el término y los modos usados por el presidente durante el fin de semana, son más que un chiste sin gracia… Es la construcción de un discurso de odio.

Yo no sé si el presidente se encuentra todavía con sus capacidades mentales suficientes y funcionales al ciento por ciento, es algo complicadísimo de probar aún con las, valga la redundancia, pruebas mismas, y si bien el asunto representa un apasionado debate considero que, al final, en la realidad, es totalmente infructuoso.

Por eso, da igual si el discurso de López Obrador es parte de un complejísimo plan o de sus limitadas, pero explosivas, habilidades oratorias o de una deficiencia en su salud derivada del cansancio y el estrés al que se encuentra (auto) sometido y termina por nublar su percepción de la realidad, el discurso de López Obrador comienza a parecerse a un discurso de odio.

Para el presidente, un corrupto es cualquiera que no forme parte en su transformación, corruptos y conservadores van de la mano, corruptos y adversarios van de la mano, corruptos y oposición terminan siendo, en su particular lenguaje, exactamente lo mismo.

Para un hombre con su característica elasticidad moral, un corrupto puede ser cualquiera y la corrupción puede ser lo que sea, la ley, por ejemplo, en la concepción lopezobradorista, es más bien un estorbo para la moral.

López Obrador impone en su moral su visión de la realidad y es justo ahí donde él construye el mundo que debemos consumir so pena de convertirnos en opositores, ahí, como emperador absoluto, desnudo de pies a cabeza, autoritario, caliente, prepotente e intransigente.

En ese mundo, en su mundo, el presidente ha concebido a sus opositores como una defecación, como mierda, como mojones excretados de un sistema purificado…

El símbolo es peligrosísimo, valdría más para apostarle a la poca tolerancia del presidente que hubiese usado palabras tal vez más escandalosas pero menos simbólicas. ¡Vamos!, que hasta llamarles pendejos sería menos peligroso.

La caca es el insulto más pueril para denigrar al otro, quizá el primer sentimiento de odio o de bajeza para el otro… Por eso, es tan grave: López Obrador está enseñándole a su pueblo a comparar la mierda con todo lo que piensa diferente.

De Colofón

Los 2 mil millones de pesos que ingresarán a la Hacienda Mexicana vía la FGR vienen del escándalo Telra - Infonavit.

En su momento, David Penchyna aprobó casi 5 mil millones de pesos que terminaron en la basura por rescisión de contrato… ¿y los otros 3 mil?, ¿y Penchyna?

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