“Busca primero el reino de Dios y su justicia, y todo lo demás se te dará por añadidura”, dice el evangelio de San Mateo, en su capítulo 6. Y vaya que este evangelista fue un hombre dedicado a las finanzas.

Esta frase fue dicha por Jesús cuando se había aglutinado a su alrededor una muchedumbre, entonces subió a un monte y les habló sobre quiénes serían bienaventurados: los pobres según el espíritu, los mansos, los que trabajan por la paz y la justicia, los misericordiosos y los limpios de corazón.

Luego dijo que debíamos ser la sal y la luz del mundo, dio explicaciones sobre los mandamientos, enseñó el Padre nuestro y dijo que no estuvieran preocupados por su vida, “miren las aves del cielo: no siembran, ni cosechan, ni recogen en graneros; y su padre celestial las alimenta. ¿No valen ustedes más que ellas?”. Y después, dijo: “Así que no se preocupen por el mañana. El mañana traerá sus propias preocupaciones…”

Todo esto viene a raíz de varias situaciones actuales, pues a veces le damos prioridad a un bienestar económico y físico, sin importar nuestro interés por los demás y de nuestro entorno.

Las frases de Jesús podemos trasladarlas al plano social y político, respetando la libertad de creencias. Los principios que deben inspirar las relaciones entre los seres humanos deben ser: la ayuda mutua, la paz, la justicia, la misericordia y la limpieza de corazón. Poner los valores por encima de los bienes económicos, de ahí, se deriva que debemos buscar el bien de todos en equilibrio con el bien de los individuos. Que debemos procurar la igualdad de oportunidades y responsabilidades para cultivar y custodiar los bienes de la tierra.

Esta semana ocurrieron varios acontecimientos que nos deben mover a analizar y reflexionar sobre las acciones que debemos emprender como ciudadanos para mejorar las condiciones de nuestro país, tomando en cuenta los principios antes mencionados.

Un asunto fue la marcha de maestros por las calles de Querétaro para pronunciarse en contra de la reforma educativa. Se oponen a la forma en la que pretenden evaluarlos y, en su caso, dejarlos o quitarlos de su tarea docente. No recuerdo una marcha tan numerosa (se habla de por lo menos 2 mil maestros).

Quizá tengan razón en pensar que una comisión evaluadora puede calificarlos injustamente y hacer “ajustes de cuentas” por cuestiones políticas para debilitar al sindicato, pero también hay razón para pensar que el método anterior, en el que el sindicato era prácticamente el que definía quiénes debían de ocupar las plazas educativas no estaba dando resultados óptimos.

En el fondo del asunto está la viabilidad financiera del gobierno para sostener un sistema que genera pagos por pensiones y jubilaciones a los empleados del sistema educativo, pero también a los del sistema de salud, a los propios trabajadores de gobierno y de muchas empresas paraestatales. El asunto es creciente porque a muchos nos suena más atractivo conseguir un puesto de trabajo que asegure de por vida un ingreso que buscar una forma independiente de ganarnos la vida. Esto es causa de que disminuyan otras actividades como la agropecuaria o la industrial.

Exigir que no se toque el sistema actual puede provocar un quiebre financiero del sistema y una disolución social.

Es necesario que el gobierno federal y los maestros pongan algo de su parte y se busque una salida equilibrada. Y nosotros, los individuos, debemos pensar de qué manera podemos ir construyendo soluciones alternativas al sistema actual, buscando primero los bienes superiores.

Analista político y miembro del PAN.   @ggrenaud

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