Durante los últimos años hemos escuchado con mayor frecuencia sobre un término que para muchos puede causar confusión o miedo, pero que para algunos otros representa justicia y libertad en el futuro, me refiero a la tecnología llamada blockchain.

Después de más de dos décadas de la entrada de la súper carretera de información llamada internet, hoy existen millones de computadoras interconectadas, lo cual revela la viabilidad de la existencia de blockchain.
Intentemos conceptualizarlo: pensemos que en lugar de que existiera un notario que diera fe a las transacciones comerciales de cien mil habitantes, en blockchain dichos cien mil habitantes se volverían notarios, quienes avalarían y podrían dar fe a cualquier transacción comercial que ocurriera entre ellos.

Ahora bien, ¿por qué las nuevas generaciones ligan dicho escenario a valores como la verdad y la justicia? Quizá se deba a que durante los últimos cien años el mundo ha girado alrededor de un sistema financiero y gubernamental centralizado, donde todas las obligaciones de dar, hacer o no hacer, tienen que estar verificadas por un tercero -los bancos o alguna autoridad gubernamental, por ejemplo-. Con blockchain los intermediarios no son necesarios; es decir, no hay cobros adicionales por un tercero para hacerte de una propiedad o para vender alguna.

Gracias a blockchain, los cryptoactivos o los activos digitales -como bitcoin- tienen un valor en el ciberespacio y cada vez más empresas y compañías empiezan a recibir la cryptodivisa como activo de cambio para transacciones comerciales.

Viéndolo en perspectiva, bitcoin más allá de ser una moneda relacionada con el ciberespacio, representa una revolución que crece a pasos agigantados; es usada por grandes sectores de la economía en todo el mundo. Blockchain, también conocida como “cadena de bloques” -un tipo de registro digital de cuentas que reconoce las transacciones y la información de forma verificable y permanente-, representa certeza. Su tecnología deriva en movimientos únicos, inalterables y 100%  rastreables; al ser descentralizada, es casi imposible falsificar.

El blockchain ya está revolucionando el sistema financiero del mundo, lo está haciendo más democrático y más independiente gracias a la participación directa de los usuarios, quienes validan las transferencias; el sistema logra así uno de los objetivos principales de esta tecnología: la descentralización, eliminando la participación de los bancos e instituciones gubernamentales en todos los niveles.

Entender este nuevo paradigma donde todo es público, de código abierto, sin dueños y sin nadie que lo controle, nos permitirá participar en él y adelantarnos a las infinitas posibilidades que se abren con este nuevo modelo que conlleva un nuevo sistema de pensamiento.

Durante la pasada conferencia anual del Foro Económico Mundial, los analistas incluyeron a los “especialistas en blockchain” en una lista de las 50  profesiones que aumentarán de importancia en los próximos cuatro años –con un crecimiento exponencial de puestos de trabajo en el sector-. Pero la revolución no solo sucede en el mundo financiero, se extiende al arte y las industrias creativas con la promesa de eliminar intermediarios, garantizar la propiedad intelectual y optimizar procesos.

Los futuristas apuestan a que los NFT´s –tokens no fungibles- serán la siguiente etapa de una revolución del blockchain que podría transformar radicalmente el capitalismo, con implicaciones que impactan desde los préstamos para viviendas, hasta los seguros de salud. La revolución es evidente y el ecosistema crece  exponencialmente. Bitcoin es un grito de independencia y el Blockchain es el puente para eliminar los roles intermediarios. La pregunta entonces es: ¿estás listo para cambiar tu sistema de pensamiento?

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