El 1ro. de septiembre se recuerda como el día del Presidente por ser la fecha en la que el Ejecutivo Federal hace entrega de su informe de actividades anual. Anteriormente era el mismo Presidente quien entregaba al Poder Legislativo en mano propia dicho paquete informativo. Desde hace unos años es el o la  Secretaria de Gobernacion quien lleva a cabo el proceso anteriormente, dando ejemplo de que las cosas, formas, actividades cambian y durante la última década, el mundo y todo lo que sabíamos sobre él ha cambiado radicalmente. México también cambió y seguirá cambiando. En el nuevo mundo, no basta con que la gente tenga derechos, hoy la gente nos exige que el gobierno se convierta en garante de los mismos.

En el nuevo mundo, la economía, la seguridad, la igualdad y el bienestar son parte de un mismo proyecto. No se puede lograr la paz social si lo demás no funciona. El triunfo del presidente Andrés Manuel en las urnas hace dos años se dio principalmente, porque ofreció llevarnos a este nuevo mundo. Ofreció un país verde, un país en desarrollo y un país en paz. Ofreció un país más seguro para las mujeres y más justo para los pobres. Y todo eso pasa por arreglar nuestra economía. Tenemos que ser autocríticos: los viejos políticos tanto de su gobierno como de la oposición le están fallando a México, ya basta de espectáculos, México se está muriendo de hambre, ya basta de polarización. México nos necesita unidos.

¿Cómo podemos concentrarnos en la tarea de rescatar al país de la pandemia si pasan el día ocupados en atacarse unos a otros? Como diria el Lic. Roberto Loyola “la politica no es un juego de vencidas”, no se trata de ver quien pega primero o pega mejor, se trata proponer, analizar, corregir y encaminar las politicas publicas para el buen funcionamiento del Estado.

¡Hagamos realidad el cambio que pidió la gente en 2018! Todavía estamos a tiempo para corregir el rumbo. Nosotros estamos más que puestos para ayudar, como lo hemos hecho; siendo una oposición proponente,  con el gran deseo de sumar experencia y seguir construyendo.
Covid-19 representa el fin de una época para la humanidad. El nuevo mundo al que tendríamos que estar llevando a México, está a punto de zarpar y nosotros no estamos listos.

En el PRI tenemos una prioridad muy clara: todas las mañanas nos hacemos la misma pregunta ¿Cómo reducir al mínimo los daños provocados por la pandemia al tiempo que nos preparamos para una nueva realidad? ¿Cómo ser ese faro, guía y certeza para las familias que siguen luchando por salir adelante y no detenerse?

En primer lugar, bandera blanca.

Pongamos un alto a la polarización. El coronavirus, al igual que todos los retos que vamos a enfrentar en el resto de su administración, no distingue colores. Ya basta de dividir a la sociedad entre ricos y pobres, entre izquierda y derecha, entre buenos y malos. Conservadores y liberales. México es de todas y de todos.

El viejo dilema entre la izquierda y la derecha se puede resumir en dos palabras: redistribuir o generar. Ese dilema quedó en el pasado, las democracias modernas entienden que para repartir, hay que producir. Generar sin distribuir produce injusticia, y repartir sin generar produce pobreza. México es un país lleno de talento, de gente buena, trabajadora, capaz.

México es un país de emprendedores y emprendedoras, en cada rincón de nuestra tierra podemos encontrar a cientos de miles de mexicanos imaginando cómo sacar adelante a sus familias y luchando por ello. Desde quien vende tacos hasta quien desarrolla patentes. Llegó el momento de reconocerles y apoyarles. El gobierno federal no tiene nada para la gran clase media mexicana.

La pandemia ha dejado al desnudo esta realidad.

Por último, reitero: bandera blanca. Dejemos atrás el pasado de encono y polarización social, deje usted de dividir a México. 
Sólo unidas todas y todos volveremos a estar bien.

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