Daniel entró a mi consultorio con cara de enfado. Lo largo de su tupé cubría un tanto los ojos. Se sentó en el diván y me dijo con la mayor seguridad que pudo:

—No quería venir, mi mamá me obligó… Siempre se sale con la suya.
—No te preocupes, lo entiendo.  Y guardé silencio, esperando que se acomodara espacial y emocionalmente.

Tres minutos más tarde, empezó la explosión verbal que seguro tenía atorada desde algún tiempo. 
—Estoy muy enojado, estoy harto… Me siento invadido. 
—Me quieres platicar ¿por qué?

Apenas pude terminar de articular la pregunta y se expresó. 
—Ya no tengo espacio personal, he perdido tantas cosas… Extraño mi escuela, mis compañeros, los juegos de los recreos, mi maestra no es cariñosa como la del año pasado, mi mamá vigila todos mis movimientos, muchos trabajos no los hago yo, los completa ella asegurando una buena calificación. De verdad estoy cansado.

A sus 10 años, se percibía físicamente demacrado, su cuerpo hablaba de una desmotivación constante. Realidad que viven muchos pequeños en esta nueva normalidad educativa.

La crisis mundial que estamos viviendo ha cambiado bruscamente nuestra cotidianidad. Seguimos en este confinamiento voluntario. Esta modalidad educativa actual ha trastocado no sólo a los alumnos, sino a maestros y a padres de familia. Intentaré dar unos sencillos consejos esperando nos aligeren un poco.

—Mamitas y Papitos, les sugiero, de ser posible, asignar un lugar, aunque sea pequeño, pero limpio, ventilado y libre de distractores para que sus hijos tomen sus clases.

—Si es necesario, supervisar la buena conexión de internet, pero, sobre todo, brindarles a sus hijos todo lo que ocupen para el buen desarrollo de las clases.

—Acompañen a sus hijos a distancia, sin invadir, es un acompañamiento que les permita sentir que el logro es de ellos y no de ustedes.

—Respetemos sus tiempos de “recreo” con un pequeño refrigerio, pero invitándolos a salir un poco a tomar aire (patio trasero o jardín frontal de la casa)… Será maravilloso para la segunda parte de la jornada.

—Traten de monitorear el estado emocional de sus hijos, los niveles de ansiedad y depresión por la pandemia han tomado niveles muy altos. Cuidémonos de manera integral. Acompañarnos con empatía y amor es vital en estos momentos.

—Salgamos a caminar en familia, después de las tareas escolares.

Recordemos que el aprendizaje sucede en cualquier suceso y espacio de nuestra vida, y estos momentos de crisis mundial nos han dejado mucho aprendizaje. Acompañemos con empatía a nuestros hijos y entendamos que ni para ellos ni para nosotros ha sido sencillo. Pregunten de vez en vez como se sienten, pero sobre todo escuchen y acompañen.

Gracias por darte el tiempo de leer mi columna. Sigo al pendiente de tus comentarios y sugerencias, ¿qué tema te gustaría que abordara? Exprésate, para mí, es un placer compartir contigo… Linda vida. Puedes enviar un WhatsApp al 9982412230, dejar tu comentario en mi página de Facebook “Aprendiendo a Vivir” o “Gloria Villalobos” o en la página de EL UNIVERSAL.

Frase de la semana

“Piensa bonito, vive bonito, crece bonito”

Libros recomendados:

—El poder está dentro de ti, de Louise Lynn Hay. 
—El control de tu estado de ánimo, de   Dennis Greenberger y Christine Padesky.
—Llegar a la cima y seguir subiendo, de Jorge Bucay.

*Comentarios y sugerencias: 

Gloria Villalobos Corral 
Terapeuta de Psicología Clínica 
y Programación Neurolingüistica 
gloriavillalobos_3@hotmail.com 
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WhatsApp: 9982412230

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