En los primeros días de este mes el Presidente de la República realizó una gira por Centroamérica en la que se entrevistó con mandatarios de cinco países con la finalidad de abordar temas de cooperación para el desarrollo conjunto con la región.

Esta visita forma parte de su programa “Mirar al Sur”, misma que consiste en fortalecer los lazos de amistad entre México y los países de la región centro del continente.

Con anterioridad a este viaje, el Ejecutivo Federal hace la petición al presidente de Estados Unidos para que “inyectara dinero en efectivo al desarrollo en Centroamérica”, respuesta que sigue pendiente. Posteriormente, solicita que se invite a Cuba, Nicaragua y Venezuela a la Cumbre de las Américas en junio fue ignorada. Los acuerdos sobre migración alcanzados con EU quedaron en la opacidad, pero filtraron a la luz pública el discurso etéreo y personalista del Presidente de México que intenta ser un “líder regional”, de gobiernos, más no de naciones, pues a la población de esos países no les interesa el tema.

Ligado a sus “propuestas”, varios colegios, asociaciones y federaciones de médicos especialistas manifestaron su profunda desaprobación y lanzaron una enérgica protesta en contra del anuncio del gobierno mexicano de contratar a médicos cubanos. En un desplegado, reclamaron que no se reconozca que en el país hay médicos capaces que están desempleados o con salarios muy bajos.

Los esperpentos ven estas decisiones del ejecutivo Federal son como populistas: le van a beneficiar a él, pero va a dañar a México. Antepone su beneficio personal y de su grupo al interés de la nación que gobierna. Ausente en los problemas de México y regalando dinero de nuestros impuestos a otros países en los que busca el reconocimiento que está perdiendo en México.

La idea de utilizar los recursos públicos para repartir dinero tiene un costo. Aunque muchas personas no lo crean, el dinero del gobierno es finito. Entre dádivas populistas, y los barriles sin fondo que son Pemex y CFE, queda muy poco disponible. Si ese dinero se reparte, ya no queda nada para gastar en cosas muy importantes como salud, seguridad servicios inmediatos a los ciudadanos como agua, drenaje, mantenimiento.

No se trata de repartir dinero del gobierno, sino de crear actividad económica y empleos para que la gente sea realmente más próspera. Hay ejemplos de países que lograron su desarrollo no con programas asistencialistas, sino con inversión productiva.

En el tema de la Cumbre de las Américas, señala el Presidente de la República que si Estados Unidos no invita a Venezuela, Nicaragua y Cuba no asistirá, algunos articulistas opinan que no es importante si asiste o no asiste, en otras mesas se toman las decisiones para los asuntos que inciden

Si bien es cierto que el Ejecutivo Federal es popular, la población reprueba la gestión de su gobierno en los dos temas que le interesan más a la gente: inseguridad y economía. En la encuesta de Reforma, 81% de los mexicanos opina que los feminicidios se han incrementado en los últimos 12 meses, 67% la violencia en el país, 66% la inseguridad, 62% la presencia del crimen organizado. En la economía, 71% de los mexicanos opina que la inflación les ha perjudicado a ellos y sus familias en el último año.

El Presidente vende una realidad alternativa y siempre ofrece esperanza, hay gente que le cree. A algunos de los medios de comunicación que reportan lo que está ocurriendo con los datos reales el propio Ejecutivo se encarga de descalificarlos desde su tribuna presidencial.

El Presidente, ausente de la realidad de nuestro país, no debe perder de vista que la pobreza aumenta y que se expulsa a miles de migrantes que no tienen bienestar familiar. Pero él pretende controlar la narrativa de lo que está sucediendo en el país las conferencias matutinas son su principal arma. De ahí surge lo que, según él, está sucediendo en el país.

Dice el conocido refrán popular: “Candil la calle, oscuridad en su casa”.

Expresidente municipal de Querétaro y ex legislador. @Chucho_RH

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