Desmedidas apetencias de Morena por apropiarse de todos los cargos públicos. No les importa violar la legislación o la acomodan a placer, van por todo, lo demostraron en la inconstitucional elección de Rosario Piedra, al frente de la CNDH. La trampa electoral les permitió quedarse con más del 60% de las curules en la LXIV Legislatura federal, suman los ofertados por el Verde Ecologista y los renunciantes al PRD, así rebasaron el 66%, lo que permite a los diputados del grupo parlamentario morenista engullirse todos los cargos públicos que son votados. Próximamente van a digerir 4 cargos de consejeros electorales del INE, los elegirán a principios de abril. Son voraces. Aun no designan a los 4 nuevos burócratas electorales y ya se quejan por la elección interna que llevaron a cabo esta semana del Secretario Ejecutivo, facultad exclusiva del Consejo General. Arguyen que debieron esperarse a que lleguen los nuevos morenistas al máximo órgano electoral federal; 3 consejeros argumentaron que debieron esperar la elección de Edmundo Jacobo Molina, quien ha desempeñado satisfactoriamente le cargo; fue reelecto para otros 6 años. Jacobo ha representado una garantía en el aspecto procesal electoral, conocedor no solo de la tramitología, también del mapa electoral. Desde ya Morena pretende colocar sus peones para controlar las elecciones del año próximo, cuyo proceso electoral inicia este año; sostienen que los actuales consejeros no son confiables, proclives al fraude electoral. Parecen olvidar que esos mismos funcionarios electorales fueron exageradamente permisivos con Andrés Manuel López Obrador, le perdonaron actos delictivos al hoy Presidente de la República, como aquel del Fideicomiso para ayudar a los damnificados del terremoto del 2017; cometieron un megafraude, recibieron dinero mal habido, quedó plenamente probado, sin embargo los consejeros perdonaron a los morenistas y estos engulleron más de 200 millones de pesos por medio del Fideicomiso, dinero que tuvo origen delictivo, nada transparente.

El año próximo el INE enfrentará diferentes operaciones electorales y el secretario Jacobo los ha librado satisfactoriamente; entre ellos está precisamente la organización de las elecciones de 2021. Derivado de las reformas constitucionales los consejeros participarán en la elección de 3 mil 495 cargos, rebasa con 260 más que en 2018; también se llevarán a cabo contiendas locales concurrentes, 32 para ser exactos, sumado a la renovación de la Cámara de Diputados, así como elección en 300 distritos electorales uninominales, que suponen la instalación de más de 160 mil casillas; volverán a activar los mecanismos de colaboración con los 32 Organismos Públicos Locales Electorales, los Institutos Electorales, pulirán la maquinaria institucional del Servicio Profesional, aquella que no respetan los morenistas. De ahí que los 6 consejeros que continuarán en funciones para el proceso electoral que se avecina, por mayoría decidieron no correr riesgos con la llegada de 4 consejeros que se incorporarán en abril, quienes seguramente intentarán presionar a la mayoría para doblegarlos; los novatos exigirán experimentar al cuarto para las doce; sería un despropósito, una imprudencia, está en juego la viabilidad democrática de nuestro país y de las instituciones. En Querétaro estarán en juego elecciones para la gubernatura, los 18 ayuntamientos y la renovación de los 15 distritos locales, más los 10 de representación proporcional. Los queretanos exigen certeza jurídica y procesal en todas las elecciones.

Analista legislativo. @HectorParraRgz

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