Conforme consume su tiempo este año tan diferente, diversas formas de interacción social van desapareciendo de entre nosotros de manera temporal, pero algunas de ellas lo harán de manera permanente y pasarán a ser recuerdos que poco a poco irán cayendo en el olvido, particularmente para los adultos mayores, no sólo por el factor de riesgo de salud, sino porque la fuerza de los hábitos y las costumbres son más difíciles de modificar y la imposibilidad de una convivencia abierta obliga ya a una permanente lucha entre lo deseable y lo posible, motivando que dejemos atrás eventos que eran recurrentes entre familiares y amigos.

No hablo solamente de reglas de convivencia, sino también del propio entorno que ahora está lleno de situaciones difíciles y adversas que requerirán de mucho tiempo para resolverse y que estarán matizadas por las consecuencias económicas y sociales que se viven en la actualidad.

Aquellos años de mayor armonía social, en los que se podía pensar en el tiempo y en la distancia, son ahora tan solo añoranzas, como esta imagen de una barca que navega en mar tranquilo y con la guía de luz iluminando su trayecto hacia puerto seguro, sin mayores nubarrones en el horizonte.

Hoy, la gran mayoría puede pensar y planear apenas el propio día que está corriendo, en este Querétaro nuevo que deseamos conservar.

Twitter: @GerardoProal

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