Una filtración ayer a la prensa reveló que el presidente López Obrador visitará este fin de semana el municipio de Badiraguato, tierra del Cártel de Sinaloa y cuna de varios de los capos históricos de esa organización criminal. Será la tercera vez en tres años de gobierno que el mandatario estaría en la región del “Triángulo Dorado” y en esta visita llamó la atención que una parte de las actividades del presidente serían “privadas” y sin acceso a la prensa, ni siquiera a las cámaras de la Presidencia.

Las tres visitas del presidente a la tierra de “El Chapo” han tenido como común denominador la “supervisión de carreteras” y, en una de ellas, la segunda en marzo del 2020, se produjo aquel polémico saludo de López Obrador a la señora Consuelo Loera, madre de Joaquín Guzmán Loera. Antes, en febrero del 2019, se produjo la primera visita del actual presidente a Badiraguato, algo que no había ocurrido en los últimos sexenios, en los que los mandatarios nacionales ignoraban o nunca visitaban esa región de dominio del cártel sinaloense.

El acercamiento, que desde el inicio de su administración tuvo el Presidente a la región del triángulo en donde convergen los estados de Sinaloa, Durango y Chihuahua, ha sido algo significativo en este gobierno. Antes y después de su primera visita, López Obrador explicó que su intención era quitar el “estigma” que cargaba la gente que habita en municipios como Badiraguato y demostrar que él podía estar en un lugar en el que desde hace décadas no se paraba un presidente de la República.

Por eso es importante el anuncio de esta visita, que después fue confirmada en Twitter por el vocero presidencial, Jesús Ramírez Cuevas, quien confirmó la presencia del presidente en la zona de Durango y Sinaloa, pero aclaró que sólo las actividades del domingo serán privadas, en razón de la Consulta Popular que tendrá lugar ese día en el país. La presencia del Presidente en cualquier lugar de la República siempre es algo importante y cada visita del mandatario a cualquier punto del país, siempre lleva mensajes políticos o de un interés particular de la Presidencia.

En esta ocasión López Obrador estará el viernes, supervisando el tramo de la Carretera Badiraguato-Guadalupe y Calvo, y ese mismo día inaugurando las instalaciones de la Guardia Nacional en Tamazula, Durango. Después no se indica en la agenda presidencial si el presidente pernocta en Badiraguato, y su siguiente actividad aparece hasta el sábado 31 a las 12:30 del día al sur del estado de Sinaloa, supervisando la carretera San Ignacio-Tayotitla, en las inmediaciones de Mazatlán.

Con tantos espacios abiertos en la agenda presidencial por el Triángulo Dorado, sería interesante saber si habrá otras actividades “no oficiales” o privadas que tendrá el mandatario en la tierra del Chapo o si todo serán las supervisiones e inauguraciones que están consignadas en la información oficial. En todo caso, si como dice el bolero, la distancia es el olvido, la cercanía es el tener muy presente algo y eso es lo que ha quedado claro con las visitas del Presidente a la tierra del cártel sinaloense.

Porque no sólo ha sido la retórica en la que el presidente López Obrador se disculpa públicamente por llamarle “Chapo” al narcotraficante Joaquín Guzmán Loera o su anecdótico saludo a la mamá del capo, a la que dijo haberse bajado de su camioneta y haber ido a saludarla hasta su vehículo “por un tema de humanidad”, sino también otros hechos públicos como la liberación de Ovidio Guzmán por parte de las fuerzas armadas que ya lo tenían capturado, con base en una orden que, lo ha dicho él mismo, fue directa del Presidente de la República.

Además de haberlo liberado estando ya detenido, aquel 17 de octubre de 2019, después del cuestionado “Culiacanazo” y de las violaciones constitucionales ahí cometidas, el gobierno de AMLO renunció a volver a capturar, detener y extraditar a Estados Unidos, al hijo de Guzmán Loera, a pesar de la orden de detención con fines de extradición contra Ovidio que sigue vigente del Departamento de Justicia estadunidense.

La zona de Badiraguato y del “Triángulo Dorado” hoy tiene un dominio compartido entre las tres cabezas visibles del Cártel de Sinaloa: Ismael “El Mayo” Zambada, Los Chapitos y Rafael Caro Quintero, que a su más de 70 años ha regresado para disputar el liderazgo de la organización Sinaloense. Hasta allá llegará el presidente López Obrador este fin de semana. Veremos qué ocurre en esta tercera visita presidencial a la cuna del narcotráfico en México.

NOTAS INDISCRETAS…

Suscribo total y plenamente la CARTA ABIERTA que hoy dirigimos los columnistas, articulistas y editorialistas del Gran Diario de México al Presidente de la República, a propósito de sus graves señalamientos, afirmaciones y descalificaciones contra el trabajo periodístico que realizamos en ELUNIVERSAL. El Presidente no sólo insiste en confundir la crítica y la libre expresión con una campaña política en su contra y en desacreditar el trabajo de los periodistas críticos acusando una falaz existencia de interés económico o de supuestas añoranzas de privilegios perdidos. Además también pretende, con mentiras y falacias, desacreditar el trabajo de más de un siglo realizado por esta casa editorial y amenazar y amedrentar a nuestro director el licenciado JuanFrancisco Ealy Ortiz. Se equivoca el Presidente no sólo cuando confunde y tergiversa el contenido de lo publicado en esta columna, atribuyendo al columnista señalamientos y acusaciones contra sus hijos que nunca hice, sino también cuando atribuye a lo publicado en este espacio a una supuesta línea editorial del diario y a intenciones de presionar el otorgamiento de publicidad de su gobierno. A López Obrador se le ha olvidado que el dinero con el que se paga la publicidad oficial no es de su propiedad y pretende amenazar, amagar y condicionar a los periódicos que lo critican a que no les dará sus campañas de propaganda en la muy vieja y autoritaria lógica lopezportillista del “no pago para que me peguen”. Pero además miente el mandatario cuando dice que hoy la publicidad de gobierno ya no se usa para premiar o castigar a la prensa, porque mientras su vocero Jesús Ramírez favorece a diarios y revistas que considera “afines” a la 4T y reparte como si fuera suyo el dinero público en portales, blogs y espacios que él llama “medios alternativos” y que son todos conducidos u operados por personajes totalmente militantes y defensores de las políticas de este gobierno y que promueven el culto a la personalidad del Presidente, está claro que lo que cuestionan a la prensa que los critica, es lo mismo que ellos practican en una moderna versión del “chayote” que sigue existiendo en esta administración. Así que por más que el Presidente insista en atacar, descalificar y cuestionar el trabajo de las plumas críticas, aquí seguiremos, como lo hemos hecho ya por 5 sexenios y como seguiremos seguramente haciéndolo cuando se vaya este gobierno. Los dados se recargan y mandan una Escalera Doble por la libertad de crítica y de prensa.

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