Las reformas electorales del presidente López Obrador tienen la finalidad de debilitar al INE y al TEPJF, así como la de hacer campaña “legalmente” desde la Presidencia e inconstitucionalmente meter mano en el proceso electoral desde el gobierno. AMLO quiere tener ventaja para asegurar su triunfo en las elecciones del 2024.

Las reformas electorales de la oposición, entonces en el poder, fueron para que avanzaran las minorías y obtuvieran triunfos en los procesos electorales. Morena, en su caso, promueve acciones autoritarias, de regresión para que las minorías, como el PAN o el PRI, no logren triunfos en las urnas. Andrés López Obrador hace uso de todo el poder de la Presidencia, para conservar los privilegios y continuar con la perorata de la transformación. Morena no es nada sin el apoyo del titular del Poder ejecutivo, partido político propiedad de un solo hombre. Las acciones diarias lo confirman. Desde el púlpito de las mañaneras López Obrador no se cansa de hacer campaña en favor de su partido y combate a la oposición, así como a las instituciones democrática.

AMLO se llena de terror con solo pensar en perder las elecciones del 2024, por eso su ímpetu propagandístico en desacreditar a las instituciones electorales, bajo los adjetivos de la calumnia al afirmar que el INE hace fraudes; además, la operación es muy onerosa. Ambas afirmaciones son falsas. Gracias al INE y al TEPJF López Obrador llegó al gobierno del DF y a la Presidencia de la República; gracias a la profesionalización de dichas instituciones Morena alcanzó 22 gubernaturas, algo inimaginable en el futuro reciente. Todo a virtud del profesionalismo y honestidad del personal de dichas instituciones, reconocidas a nivel mundial por propios y extraños. La manipulación de la verdad, arma propagandista que le da resultado en la población que recibe dádivas del gobierno, no dudan en creer las mentiras del presidente López. La falsedad termina siendo dogma de fe para los morenistas.

AMLO no tiene más argumento que la mentira y la burla. Socarronamente dijo: el INE no se toca. Acorde a sus perversas reformas. Ironiza la organización de la segunda gran manifestación que volverá a realizar la sociedad organizada el 26 de febrero: “es una exageración, solo que la usen para defender a García Luna”. Cuando que, en noviembre pasado, bajo el mismo sarcasmo exhortaba a quienes se oponen a sus reformas electorales para que llevaran a cabo más manifestaciones. El contumaz presidente es incapaz de cumplir su propia palabra.

Analista legislativo. @HectorParraRgz

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