El Senado de la República terminó por reformar los artículos 108 y 111 de la Constitución, con el propósito de poder enjuiciar a los presidentes de la República durante su mandato. Hasta aquí todo parece bien, enjuiciar al Presidente por los abusos que ha cometido durante el ejercicio y vaya que López Obrador ha cometido muchos delitos. Sí, la reforma propone que podrán ser enjuiciados por cualquier delito, al igual que lo puede ser cualquiera persona; a diferencia de la actual redacción, que limita la acción penal solo a “delitos graves y traición a la patria”.

Pero, los legisladores federales no eliminan el “candado político”. Por supuesto, tampoco pueden derogar el principio de la irretroactividad de la ley. La llave para poder proceder en contra del Presidente queda bajo el resguardo de la bancada de Morena. Los senadores, por las 2/3 partes, podrán aprobar la procedencia del juicio por responsabilidad penal. Lo cual significa que solo los senadores morenistas podrían aprobar la procedencia para enjuiciar a López Obrador, por la serie de delitos que ha cometido en sus dos primeros años, hecho político que no sucederá. Así que la reforma a la Constitución queda a modo de quien ejerce el poder.

Y, por lo que se refiere a la irretroactividad de la ley, el artículo 14 Constitucional queda incólume. Cuando López fue electo y tomó protesta como Presidente, la disposición constitucional que reforman no existía, por lo tanto, no se puede aplicar la reforma en su perjuicio, solo entrará en vigor para los próximos presidentes de la República y no es válido que el mismo López pudiera decir que su investidura presidencial quedará sin protección, aseveración política falsa.

El actual Presidente tiene dos protecciones constitucionales y legales que impedirán proceder penalmente en su contra ¿Los senadores morenistas aprobarían un juicio penal en contra de Andrés Manuel? ¡Por supuesto que no! Ellos se quedan con el control de procedibilidad. El otro blindaje corresponde a la irretroactividad de la ley. Beneficio que también aplica para expresidentes, quienes tampoco pueden ser molestados, salvo cual mecanismo político lectoral, acción utilizada por Andrés Manuel López. Si bien la reforma constitucional que sigue su curso es buena, lo cierto que no se puede aplicar al actual Presidente de la República, por razones políticas y jurídicas. La mayoría de los senadores morenistas se quedan con la llave. Solo podrá cambiar dentro de 4 años.

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