López Obrador ya tiene su ley de ratificación de mandato. El objetivo del presidente es su ratificación, no la revocación de su mandato. La creación de la ley vigente conlleva esa pretensión, no cumple con el rigor de la revocación, así se puede leer en el contenido de sus 61 artículos. La boleta que autorice el INE, llevará dos preguntas para el elector en la que aparecerá el nombre de Andrés Manuel López Obrador. Competirá contra sí mismo. Implícita la pretensión política, será una campaña electoral a cargo del erario y el INE organizará la promoción gratuita del presidente.

La amañada ley carece de plazos fatales precisos. Todo es vago, salvo el inicio del proceso de ratificación de mandato, que comienza durante los 3 meses posteriores al haber concluido el tercer año de ejercicio constitucional. A partir de diciembre iniciará la enésima campaña político-electoral de López. El Estado costeará todo, bajo el estigma de la austeridad: el INE debe aplicar medidas de racionalidad.

Los partidos políticos podrán participar durante el proceso de la ratificación, bajo la condición de no hacer campaña ni utilizar recursos de las prerrogativas para incidir en el sí o en el no, para que AMLO continúe en el poder. Todos los gobiernos deberán suspender la propaganda gubernamental durante el periodo que dure el proceso. El presidente ha adelantado su propia campaña, promotor electoral.

Quiere ganar 2 elecciones presidenciales. Sus legisladores abrieron la posibilidad de entrometerse antes del arranque de los trabajos.

Es atribución exclusiva de la ciudadanía promover el proceso de ratificación. Bajo petición expresa de cualquier “representante” podrá acudir al INE y poner en acción la aplicación de las normas; si reúnen, al menos el 3% del electorado distribuido proporcionalmente en 17 entidades de la Federación, iniciará la costosa maquinaria electoral.

Sin presupuesto obligan al INE a desarrollar todas las actividades que lleva a cabo en una elección constitucional, instalar las mimas casillas en todo el territorio nacional, boletas, actas, etcétera. Concluida la jornada electoral, las actas deben entregarse a los Consejos Distritales, llevar a cabo de inmediato el cómputo ininterrumpido para notificar al INE. Pronto y expedito el trámite. Concluido el proceso la Sala Superior del TEPJF emite la declaratoria de ratificación que espera AMLO. La interrogante. En su sano juicio y frente a tanto problema ¿La ciudadanía querrá una inútil y costosa campaña para satisfacer el ego presidencial?

Analista legislativo. @HectorParraRgz

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