Peligro. AMLO va por el control del Banco de México. Las cartas de presentación de quien será el nuevo Secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, le otorgan confiabilidad y no hay objeción por parte de los expertos en la materia. Sucede los mismo con el economista Arturo Herrera Gutiérrez. Técnicamente no existe incertidumbre. En ambos casos hay mucho del 10 por ciento en conocimientos. El problema de fondo está en las perversas intenciones del presidente en los cambios. Además, Herrera no cumple con el perfil de haber ocupado cargo de alto nivel financiero dentro de los últimos 5 años. No es sorpresa, al presidente no le gusta cumplir con la legalidad.

López Obrador adelantó la no ratificación del gobernador del Banco de México, Alejandro Díaz de León Carrillo, a razón de haberle negado dinero cuando de manera personal fue a exigir los “remanentes” de Banxico. El gobernador dijo un rotundo no a López, razón suficiente para no ratificarlo en el cargo. AMLO va por quien obedezca ciegamente sus instrucciones, así es Herrera, a quien regaña y contradice cada vez que le place, es incapaz de desobedecer al presidente. Ahí radica el peligro. Banxico perderá la autonomía constitucional, López meterá mano en las arcas, su obsesión, acceder a más dinero público, de ser posible también privado, como la extorsión a los empresarios, 20 millones por una cena de tamales.

Si bien el gobernador no gobierna la Junta de Gobierno de Banxico, Herrera será el instrumento para ello, lo que no puede hacer con Díaz de León. Cinco los miembros de la Junta. AMLO ha propuesto a Gerardo Esquivel, Jonathan Heath y a Galia Borja como subgobernadores. Por lo tanto, el presidente tendrá absoluto control del Banco de México. Inminente la pérdida de la autonomía, de suyo enorme peligro de desestabilidad financiera.

Por otra parte, Rogelio Ramírez, aunque es un técnico y experto en la materia, comulga con el populismo de la política de no medir la riqueza del país por medio del PIB. Es proclive a la política de la felicidad, no de los bienes materiales y económicos. Otro peligro: empobrecer al pueblo mexicano. AMLO prometió crear otro índice de medición basado en el “bienestar y la felicidad”. Hasta hoy ha sugerido algunos mecanismos de medición: un par de zapatos, un vehículo austero, sin lujos ni riquezas. Ramírez de la O, será el instrumento académico para encontrar los novedosos mecanismos de medición que sustituirán al PIB. El dinero para el presidente ¡Pueblo pobre, pero feliz! ¿Peligrosos los cambios extraordinarios?

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