Sin vergüenza y de manera directa, AMLO reconoció el escaso valor que le da a los pobres y el uso que pretende darles en las elecciones del 2024, así como en caso de que su partido las pierda.

De manera impúdica y pretendiendo mostrar sus virtudes, AMLO mostró nuevamente su insensibilidad, al tratar a los pobres como instrumentos de manipulación política para sus fines electorales.

El pasado miércoles 4, en su homilía mañanera, AMLO reconoció el uso electoral que hace de los pobres a favor de Morena: “Ayudando a los pobres va uno a la segura porque ya saben que cuando se necesite defender, en este caso, la transformación, se cuenta con el apoyo de ellos. No así con sectores de clase media, ni con los de arriba, ni con los medios, ni con la intelectualidad. Entonces, no es un asunto personal, es un asunto de estrategia política”.

La politización de los pobres ha sido parte de la lucha electoral de AMLO. Con frases huecas como “Por el bien de México, primero los pobres”, se les ha hecho creer que son prioridad del gobierno.

Su política de gobierno no está orientada a resolver las causas de la pobreza y sí a mantener dependiente a un número significativo de mexicanos de las dádivas gubernamentales.

El intento porque los programas sociales lleguen a 25 millones de pobres fue oportunamente denunciado como una estrategia de cooptación para garantizar los votos suficientes para la continuidad de Morena en el gobierno. Y hoy el presidente lo confirma.

AMLO no ha dudado en utilizar a los instrumentos del Estado, como la Secretaría del Bienestar (SB), para promover a Morena.

A través de esta instancia contrató al equipo territorial de campaña de Morena “siervos de la nación”, encargada de hacer el padrón oficial de pobres y simpatizantes de Morena, y los convirtió en “servidores de la nación”. Por su conducto el gobierno promueve y condiciona la ayuda social a cambio de votos en favor de Morena. Esto se vio claramente en las elecciones de 2021 y 2022. En la primera se logró movilizar el 36% de los inscritos en el padrón de beneficiarios, y en 2022 se duplicó. Mediante esta estrategia, y la ayuda del narco, Morena obtuvo 22 gubernaturas, un elevado número de presidencias municipales, diputaciones y cabildos.

En esta confesión, AMLO revela su miedo a perder las elecciones de 2024 y su disposición, dado el caso, a utilizar a los pobres como “carne de cañón” (este grupo de sacrificables en toda revuelta política, cuya baja no duele porque es parte del precio a pagar para obtener un propósito).

Esta insensibilidad hacia los pobres, característica de AMLO, se aplicó a los enfermos de Covid 19, a los niños con cáncer, a las madres de familia, a las mujeres, a las víctimas de la violencia y con un sinfín de personas que han visto violados sus derechos y acuden, sin éxito, a las autoridades en demanda de justicia.

En corto plazo veremos cómo se articulan los Comités de Defensa de la 4T con los “Servidores de la nación” para utilizar a los pobres en manifestaciones, plantones y hasta actos violentos como parte de la defensa de lo que se habrá de llamar el fraude contra Morena, porque AMLO no está dispuesto a reconocer sus derrotas, y menos a perder el poder.

A final de cuentas los pobres tienen que entender que el fin justifica los medios y que son sacrificables en la medida en que contribuyan a la permanencia en el poder del engendro llamado 4T y de su dueño: AMLO.

No es personal, es estrategia política.

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