López Obrador está a favor de perpetuar la pobreza. Parece inverosímil, pero es cierto. Oponerse a una mejor educación es oponerse al bien común y por lo tanto es favorecer la pobreza. Entre más pobre sea la calidad de la educación que reciba un menor de edad, menores serán sus oportunidades para salir adelante. Por lo tanto, oponerse a la reforma educativa es favorecer el círculo perverso de la pobreza. Veamos.

Prácticamente todos hemos discutido muchas veces, con familiares y amigos, los problemas nacionales, entre ellos el de la pobreza, y a la conclusión a la que llegamos la gran mayoría de las veces es que la raíz de los problemas más graves y sentidos de México, como lo es el de la pobreza, se encuentra en la falta de educación. Por lo tanto incrementar la calidad de la educación del país se vuelve uno de los retos más importantes y apremiantes de gobierno y sociedad. El dilema es sencillo: o mejoramos la calidad educativa o perpetuamos el círculo perverso de la pobreza (niños pobres que reciben una educación de ínfima calidad y que al crecer se transforman en jóvenes que, a falta de educación, sólo pueden accesar a trabajos con muy baja remuneración, lo que los hace vivir en pobreza, y cuando ellos tienen hijos estos últimos también viven y crecen en la pobreza y reciben una educación de mala calidad, reiniciandose así el círculo perverso de la pobreza).

Ante ello se planteó una gran Reforma Educativa que poco a poco se ha venido implementando. En dicha reforma se contempla mejorar todos los factores que intervienen en el proceso educativo. Por ejemplo, y en lo relativo a la infraestructura, se creó el programa Escuelas al 100, que básicamente consistió en rehabilitar las escuelas existentes (remodelar salones y baños, construir arcotechos y salones especializados, etcétera, para lo cual se destinó la cantidad de 50 mil millones de pesos). Asimismo, la reforma educativa contempla a los maestros: se propuso un mejor esquema de capacitación y un esquema de evaluación para el otorgamiento de ascensos. Ahora las plazas ya no se heredan ni tampoco se venden; se las ganan los maestros que se preparan académica y pedagógicamente. Ahora los ascensos son para los más preparados, tal y como ocurre en cualquier sector productivo.

Lamentablemente, y con el objetivo de ganarse los votos de los inconformes, generalmente maestros que han sido manipulados y mal informados por los líderes que hoy se comen la tajada del león y que obviamente no la quieren perder (ejemplo: venta de plazas), López Obrador ha dicho una y mil veces que dará marcha atrás a la mencionada reforma. López Obrador ha señalado que la reforma más que educativa ha sido laboral y que los maestros han sido “golpeados y ninguneados por este gobierno”. En este sentido, López Obrador pone por delante de todo los derechos laborales de los “trabajadores de la educación” —nótese que dejan de ser “maestros” para convertirse en “trabajadores”—, ignorando el fin último de la educación escolar: formar al educando de tal manera que al egresar acrecenten sus posibilidades de sano desarrollo. Vamos, López Obrador incluso pasa por encima de preceptos constitucionales y de convenciones internacionales en materia de derechos humanos, como lo es el interés superior de la niñez (esto significa que los derechos de los menores están por encima de los derechos de los adultos. En este caso está por encima el derecho de las niñas, niños y adolescentes a recibir una educación de calidad a los derechos laborales de cualquier persona, incluido el secretario de Educación). López Obrador incluso está proponiendo eliminar el derecho a ascender por méritos a cualquier maestro; él propone volver al esquema de la compra de plazas y ascensos.

Conscientes de la importancia del contenido de la reforma educativa —que muchos de sus opositores ni siquiera han leído y analizado—, la organización Mexicanos Primero lanzó un ingenioso spot y pide que se elija al candidato que apoye la calidad educativa en el país. Otra vez, lamentablemente, el señor López Obrador se opone; importándole poco el derecho a la educación y el derecho a la libre expresión, ordena a uno de sus colaboradores, al doctor Jorge Alcocer Varela, que presente una denuncia ante el Instituto Nacional Electoral.

Fuente de los deseos. Ojalá que todos los que sí entendemos que para salir de la pobreza se requiere de una educación de calidad no permitamos ni un paso atrás de lo avanzado con la llamada reforma educativa.

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