AMLO obliga a la FGR a iniciar carpetas de investigación en contra de candidatos de la oposición e incendia las campañas con su abierta participación: confesó “tener metidas las manos” en aras de evitar fraudes electorales, lo que de suyo está prohibido por la Constitución y constituye delito electoral. Nunca como ahora el presidente de la República aceptó tener injerencia personal, haciendo uso de recursos públicos, para favorecer a candidatos de su partido, bajo el insulso pretexto de hacerlo como “ciudadano”, acto legal imposible, dada su personalidad de ser el titular del Poder Ejecutivo Federal.

Fue advertido por las autoridades electorales y no cumplió, firmó un pacto de no intervención con los gobernadores, tampoco cumplió. Es costumbre del presidente quebrantar el Estado de Derecho, bajo el baladí argumento de aplicar su propia justicia. Indebidamente decide qué es bueno y qué es malo, so pretexto de aplicar “su justicia” ejecuta actos ilegales de gobierno. El autoritarismo en todo su esplendor. En cualquier otro sistema de gobierno democrático ya lo hubieran depuesto o estaría en la cárcel. Se queja, incluso, de la impartición de justicia basada en el Estado de Derecho. Le molesta subordinarse a la Constitución, cuando que la Carta Magna, es el dique que determina atribuciones y fija límites en el actuar de las autoridades.

AMLO pone en riesgo la viabilidad de las elecciones. Ensucia el proceso de campañas, lo mismo hará con los resultados de las elecciones. Las elecciones que gane su partido serán democráticas, en aquellas que pierda seguramente habrá fraude electoral y echará andar la maquinaria de la FGR, la FEPADE y la UIF, para acusar a quienes hayan triunfado en las urnas ¡Arreciaron sus arbitrariedades! Todo anticipa la generación de problemas sociales y políticos creados por el mismo presidente, para entonces tener el pretexto de la represión, única actividad que ha reservada al personal del Ejército Mexicano, a quien ha involucrado en todo.

¿En riesgo la democracia? Con las actitudes arbitrarias y por tanto ilegales de AMLO, se corre el riego de perder la estabilidad social y cumplir la amenaza de desaparecer al INE y al TEPJF bajo el argumento de ser un asunto de “seguridad nacional” ¿El pueblo bueno aceptará la represión y desaparición del ejercicio de las libertades aseguradas en la Constitución? Y todo por conservar e incrementar el abusivo poder presidencial. En el fondo, esa es la pretensión de Andrés Manuel López Obrador, al igual que cualquier régimen de izquierda.

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