AMLO y su juego a la desinformación. Se sabía que el Presidente no respetaría el “Acuerdo Nacional por la Democracia” ¡Fuera manos de todas las autoridades del proceso electoral! Apenas suscribió el acuerdo político que a nadie obliga, el Presidente se volvió a lanzar en contra del Consejo General del INE, a razón de la cancelación de candidaturas por incumplimiento a la ley y el Reglamento de Fiscalización. Iracundo, como suele ser, vituperó hasta el cansancio a los consejeros.

Muchos de los candidatos de su partido y su propio partido omitieron cumplir con el informe de ingresos y gastos de las precampañas, lo que orilló al Consejo a revocar múltiples registros. El acto jurídico enardeció al Presidente. No comprende que una cosa es la política y otra el marco jurídico que todos deben respetar sobre el cual se desenvuelven todos los partidos políticos y en su momento, los candidatos. Soslayar el Estado de Derecho trae consecuencias jurídicas. Eso fue lo que sucedió a muchos de los candidatos de su movimiento, omitieron cumplir sus obligaciones.

Otros aspirantes a participar en la contienda electoral sí cumplieron. Sus registros quedaron vigentes. Hubo quien incluso felicitó al INE, fue el caso del morenista Víctor Hugo Romo, que pretende la reelección de la alcaldía de Miguel Hidalgo. Alfonso Durazo conservó su registro al cumplir con la normatividad. Furibundos los incumplidos se quejaron de la resolución del INE, la que de inmediato combatirán con la esperanza de lograr levanten el “castigo”. Serán los magistrados del TEPJF, quienes en definitiva sentencien y decidan si confirman o revocan el acuerdo; por cierto, son proclives a revocar los acuerdos de los consejeros, aplican criterios políticos y no jurídicos.

En asuntos que le son prohibitivos al Presidente opina sin fundamento alguno, basado exclusivamente en sus apetencias políticas. Utiliza los recursos del Estado para hacer campaña en pro o en contra. El viernes pasado su ilegal intervención semántica, sin retórica alguna, carente de elegancia y sustento jurídico, fue para defender a su compadre Felix Salgado Macedonio, sancionado con la cancelación de su registro por no cumplir con las normas de fiscalización.

El tema no es menor. El titular del Poder Ejecutivo no solo ensucia el proceso electoral, lo distorsiona y alienta a sus huestes en contra de la autoridad electoral. Vamos, adopta el papel de árbitro de la contienda electoral para calificar lo que está bien o descalificar lo que no le parece. Invade atribuciones de los órganos electorales.

Google News