La población de nuestro país y de nuestro estado está sufriendo cambios en su estructura y en su conformación, proyectando que en aproximadamente 7 años llegaremos a la cúspide de la productividad en la que nuestra gente económicamente activa alcanzará su número máximo y luego empezará a decrecer. También están cambiando el rol, las preferencias y las actividades de los grupos sociales que conformamos los casi 110 millones de habitantes; un ejemplo claro podría ser que las mujeres que ahora tienen una mayor preparación académica están formando familias y es más común que desempeñen un doble rol de amas de casa y profesionistas que las amas de casa de hace 30 años. Por si fuera poco, según INEGI 2010, 7% de las madres queretanas son solteras por lo que además podríamos asumir que ellas juegan un triple rol: padre, madre y proveedora de manutención. Ser ama de casa pudiera ser una actividad menospreciada por algunos iletrados que nunca han hecho el ejercicio de pensar lo que suma en pesos las actividades de las responsables del hogar, porque curiosamente hay formas de contabilizarlo. Vale la pena señalar que algunas de estas actividades caseras que el INEGI conoce como “no remuneradas” pueden resultar más productivas que las de algunos que si recibimos un pago en moneda por nuestra actividad. Solo por dar algunos datos que nos dejarán fríos, esas actividades representan el 19% del PIB Nacional que equivale a tres veces la fortuna más grande del planeta. O podemos calcular que el sueldo mensual de una persona que cuide a los niños, les ayude con sus deberes, atienda las cuestiones diarias de comida y labores domésticas, debería andar al menos en unos 6 mil o 7 mil al mes (si pudiéramos encontrar quien desempeñara todo esto exitosamente). Además de las actividades anteriores, debiéramos también entender que conforme pasa el tiempo, las amas de casa van desarrollando habilidades que en el mercado laboral serían sumamente valoradas, más aún con la existente tendencia de contratar según las competencias de los candidatos. Una familia se parece a una empresa en el sentido que debe funcionar como un reloj para que sea productiva y exitosa. Los miembros del equipo desempeñan y aportan distintos contenidos, bienes, servicios o resultados a la familia, mientras que alguien debe fungir de coach especialista para cada uno de ellos, sin importar que sus actividades sean radicalmente distintas. Hay que aconsejar, ser versátil, desvelarse cuando sea necesario, cuidar en la enfermedad, servir de chofer o mensajero, disponer material y herramientas para que cada miembro salga cada mañana a hacer su parte, etc. y además hay que hacer que los recursos rindan para el periodo que fueron dispuestos. Ser ama de casa no es tema que pueda ni deba ser tomado a la ligera, sin duda es una de las ocupaciones más trascendentes para la sociedad porque forma a los individuos en todo momento; es de las más difíciles de ejecutar para que den resultados positivos y es de las que tiene mayores jornadas de trabajo, pues ni siquiera tiene horarios fijos. Así como en las empresas se valora al talento humano no solo por su condición de persona sino también por su productividad en cuanto a la economía que genera, también es justo que en el hogar empecemos a darle el valor y reconocimiento que merecen las gerentes de la empresa más compleja que existe: la familia. Así que si me lo permiten, a nombre de todos nosotros quiero adelantar los días para decir: gracias mamá, eres una gran empresaria. *Maestro en Arquitectura con estudios en Alta Dirección, Contexto Económico y Sustentabilidad. Más de 5 años desarrollando empresas.

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