Entre un deportista amateur y uno profesional sabemos que hay un abismo de diferencia. Desde que el deportista profesional cobra por lo que hace, hasta la comida, los tratos, viajes, hoteles y  prensa que tiene a su alrededor.

Sin embargo, hay profesionales que con todo y la fama y el éxito nunca demeritan el trabajo de todos quienes los rodean: Utileros, masajistas, médicos, asistentes, fans, periodistas. Jamás hacen menos el trabajo y siguen siendo unos caballeros.

Pero hay quienes con un poco de fama se elevan hasta las nubes, que con un poco de reflectores sienten que el mundo es suyo y que pueden hacer y deshacer con el trabajo de todos los demás que lo arropan, pero, ¿a qué voy con esto del profesionalismo y lo amateur?

Quiero hablar del claro ejemplo del profesionalismo dentro de nuestro futbol mexicano, pero creo será conveniente, antes de introducirnos en la gestión comunicativa de los clubes de fútbol, entender la dimensión que estas entidades tienen actualmente en el desarrollo de nuestras sociedades y la influencia que ejercen en la opinión pública a través, no solo de su actividad deportiva, sino de su gestión extradeportiva y es ahí justamente donde nos adentraremos un poco.

No es de extrañar, por tanto, que los clubes de futbol hayan apostado por integrar en sus estructuras empresariales el Departamento de Comunicación, que en muchas ocasiones desempeña también otras labores más allá de las relaciones públicas. Es conveniente recordar que el auge de dichas áreas en México es producto de la profesionalización de las entidades futbolísticas.

En este contexto, muchos equipos han apostado por la constitución de departamentos específicos, y los clubes de futbol profesionales en México, aquellos que disputan las competiciones de primera y segunda división en el campeonato, cuentan en la actualidad con departamentos de Comunicación, que en muchos casos bien se refuerzan con otras disciplinas como el marketing.

Sin embargo, hay que decir y vamos a un ejemplo más claro y cercano, tenemos al Querétaro Futbol Club (o Gallos Blancos de Querétaro). En cuestión de marketing está posicionándose. Hay anuncios espectaculares en varios puntos de la ciudad. La marca comienza a hacer ruido, aunque lo ha venido haciendo desde hace muchos años como equipo insignia de la ciudad queretana, pero, aquí está el pero, porqué si hablamos de un club profesional de futbol, ¿éste demuestra ser profesional  únicamente por sus jugadores, por la liga en la que participan, o también la gente que trabaja para el club?

El Querétaro Futbol Club ha iniciado una campaña de mercado que vemos hoy en día por la ciudad. Revista, espectaculares, spots de radio, entre otros. ¿Pero realmente sirve de algo esta imagen comunicativa? Sabemos que esto es únicamente para ir al estadio y ser parte de la buena estadística de asistentes en los partidos.

La gente de comunicación y muy particularmente el área de Prensa del club, creo no está haciendo bien  su trabajo. A lo grande vemos  Gallos por todos lados, pero en información sí que está de pique. La afición muy  poco conoce a los jugadores y solo a uno que otro y así será porque en segundos algo grande puede convertirse en lo más mínimo. Informativamente las áreas de comunicación o prensa limitan al trabajo. “Hoy señores, solo a tal y cual jugador podrán entrevistar ustedes, a nadie más”, dicen e incluso, “pueden preguntar sobre este tema, el otro no lo toquen por favor”, comentan.

Solo como pregunta ¿Vale la pena hacer y darle marketing a algo que ya lo tiene, o es mejor dar información en lugar de ocultarla o guardarla? Creo no es lo que quieren los verdaderos dueños y amos del equipo, limitar información cuando el mejor marketing es dejarse ver y ser escuchados. Así que departamento de Prensa, no limite información a los seguidores del equipo, den las buenas noticias y guarden los secretos ¿Verdad Othoniel Arce?

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