Es un hecho, cada día somos más los que, en el mundo, nos fijamos cómo se producen los distintos productos que consumimos. Nos fijamos si se utiliza o no mano de obra infantil, o si se explota a las y los trabajadores que los producen, y cuando descubrimos que en el proceso de fabricación se incurre en una violación a los derechos humanos, la denunciamos y la repudiamos hasta llegar a no consumir más ese producto. Uno de los casos más sonados de esto fue el de Nike a fines de los 90 cuando el mundo descubrió que explotaba a menores de edad en Indonesia en la fabricación de zapatos para jugar basquetbol, ello le ocasionó un desprestigio tal a la empresa que tuvo que gastar muchos millones de dólares no solo en modificar sus procesos de fabricación sino también en campañas para revertir el daño a su marca y la pérdida de mercados (perdió compradores que durante años compraron sus productos y también a posibles nuevos compradores).

Asimismo todos los días crece en el mundo el número de personas que valoramos y exigimos que los productos que adquirimos sean producidos de manera amigable para con el medio ambiente. Es decir, cada vez seremos más los compradores que basaremos nuestra decisión de compra a la forma en la que los fabricantes se conducen con el medio ambiente y entre los factores están: el de si contaminan o no, el de si reciclan materias primas o no y también si utilizan o no energía limpia y renovable o no. Por tanto e independientemente de lo que establezcan las leyes (la obligación o no de utilizar energía limpia en los procesos productivos) las personas que conformamos los mercados nos iremos orientando a comprar productos producidos a partir de energías limpias.

De ahí que empresas mundiales como General Motors (GM) busquen hacer sus inversiones para fabricar sus vehículos en lugares donde la energía que vayan a utilizar sea generada de manera limpia. De hecho el Director de GM ya lo advirtió: “Si las condiciones no están en la mesa, creo que México no será destino de la inversión de corto y mediano plazo” y que las inversiones —creación de empleo— se irán a otros países.

En suma, la advertencia está a la vista. Si queremos inversiones en el país tendremos que generar energía limpia.

Fuente de los Deseos: Ojalá que todos, sociedad y gobierno, concienticemos a tiempo que el mundo va a demandar productos producidos de manera amigable para con el medio ambiente y entre ello el que se utilice energía limpia en su fabricación.

Comisionado del CECA

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