50 años y 50 millones de copias vendidas del Dark Side of the Moon, la obra maestra de la banda británica Pink Floyd. Y para redondear con otro 5, debo confesar que he contribuido a esa cifra al comprarlo ese número de veces: dos en disco compacto (1993 y 2003), dos en vinil (una de 1974 y otra reciente) y una en descarga digital cuando se impusieron como formato dominante. Solo me ha faltado comprarlo en cinta.
En marzo de 1973 (el 1 en EUA y el 24 en Gran Bretaña) ve la luz el disco que marca un antes y un después en la historia de la banda británica y, sin exagerar, del rock como música popular y su transformación en una expresión artística trascendental.
¿Por qué “The Dark Side of the Moon” es un clásico? Para entenderlo, hay que tomar en cuenta algunos elementos clave. En primer lugar, el disco aborda temas universales y preocupantes en el ser humano, como la muerte, la locura, la angustia existencial y el dinero como motor de la vida moderna. En segundo lugar, el álbum representa una innovación técnica que permitió experimentar una mayor calidad de audio gracias al ingeniero de sonido Alan Parsons. En tercer lugar, la banda supo aprovechar esta oportunidad para crear un espectáculo en vivo que combinaba el sonido y la imagen de manera espectacular. El rock ya era teatral también, ya tenía la patente para transformarse en arte perdurable.
José Agustín dijo en su libro “La nueva música clásica” que el rock es una forma artística porque “crea belleza y manifiesta la realidad catalizada, implica mucho esfuerzo y mucha dedicación, y ofrece un nuevo orden estético que ninguna corriente de la música, y por supuesto, ninguna otra disciplina artística puede entregar”. Y esto es precisamente lo que “The Dark Side of the Moon” logra hacer.
La temática es fundamental: la angustia de la locura y la inminencia de la muerte, temas alejados de la temática juvenil rebelde y, quizás hasta inocente, que el rock hasta entonces dominante. ¿Quién en su juventud admite hablar de esos temas cuando el sol brilla y tienes toda una vida por delante? Pink Floyd lo hizo y abrió una puerta intelectual a la nueva música clásica.
Cuenta el baterista de la banda Nick Mason en sus memorias que por entonces tenían vidas plenas y estables, pero que “hicimos una lista de las dificultades y presiones de la vida moderna que podíamos reconocer en especial: las fechas límite de entrega, los viajes, el estrés de volar, el aliciente del dinero, el miedo a morir y los problemas de inestabilidad mental que podían desembocar en locura… Armado con esta lista, Roger se fue para continuar trabajando en las letras.”
50 años después, el disco se ha convertido en una pieza musical clásica que ha trascendido décadas y generaciones.
¿Sobrevivirá otros 50 años? Espero que sí, por lo pronto, compraré mi sexta copia que es la edición conmemorativa del concierto en vivo de la presentación del álbum.
Periodista y sociólogo. @viloja