Cuando analizamos la historia de la humanidad, podemos ver que por siglos la historia de las mujeres (cuando no ha desaparecido) ha sido una de abandono, de violación y de discriminación dominada por hombres que han decidido sobre todo los aspectos de sus vidas, sometiéndolas primero a la voluntad del padre y después a la del esposo, condenándolas a una vida de sumisión.

Basta con leer la primera versión de la Constitución General para darnos cuenta que las garantías y derechos que hoy gozamos las mujeres eran prácticamente inexistentes, ya que por más de 5 décadas no fuimos consideradas como ciudadanas plenas, sujetas de derechos.

No obstante los avances alcanzados a finales del siglo XX y las primeras décadas del siglo XXI, la discriminación, la exclusión, la explotación y la violencia contra las mujeres siguen siendo el pan de cada día para millones de mujeres y niñas, incluso en las llamadas "potencias mundiales".

La violencia contra las mujeres (que no distingue etnia, lugar de nacimiento, situación económica o nacionalidad) incluye, entre otras, los golpes e insultos  dentro de los hogares, el acoso sexual y la violación en el entorno comunitario, escolar y laboral así como la tortura y la prisión de mujeres por razones políticas. La violencia contra las mujeres produce secuelas graves y difíciles de superar que van del miedo y la inseguridad a enfermedades físicas y psicológicas y en su forma más extrema arrebata la vida a 10 mujeres mexicanas todos los días.
La violencia de género contra las mujeres es consecuencia de prejuicios sexistas y de ideas machistas de personas (principalmente hombres) que consideran que las mujeres y niñas somos inferiores y por tanto debemos cumplir con roles y estereotipos de género que anulan nuestra integridad, dignidad y autoestima.

Desde 1981, año en que se llevó a cabo el Primer Encuentro Feminista de Latinoamérica y el Caribe, se honra a las hermanas Minerva, Patria y María Teresa Mirabal, (conocidas como Las Mariposas), asesinadas el 25 de noviembre de 1960 por orden del dictador dominicano, Rafael Leónidas Trujillo. En 1999 la ONU convirtió el aniversario del feminicidio de Las Mariposas en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres para reconocer la lucha de millones de mujeres, jóvenes y niñas alrededor del mundo en contra la violencia de género.

El 25 de noviembre no es una celebración. Es un día que debe servirnos para reflexionar sobre los avances obtenidos en la defensa de nuestros derechos. Es un momento para enlazarnos en un pensamiento colectivo y sororo que llegue a los millones de mujeres y niñas que viven violencia en sus casas y comunidades y que aguardan que el Estado mexicano cumpla con su obligación de destinar todos los recursos necesarios para garantizar su derecho a la autonomía plena, a la justicia en una verdadera igualdad de condiciones y a una vida libre de violencia.

Directora Regional de CELAPAZ e integrante de la Red Nacional de Alertistas. 
Twitter: @mcruzocampo 
Fb: maricruz.ocampo

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