Antaño, la vieja estación de ferrocarril, debió ser uno de los lugares más transitados y concurridos, la gente iba y venía al ritmo de las máquinas a partir del año 1903 en que fue inaugurada y operó hasta hace justo veinte años cuando dejó de parar en ella el último tren de pasajeros. En aquellos inicios del siglo XX el ferrocarril fue el medio de transporte más moderno y es una verdadera lástima que un lugar tan bello, refleje tanta soledad relativa a su propósito de origen. Sin embargo, mantiene hoy una noble vocación histórica y cultural.

Recién el día de ayer, nos levantamos con el precio del dólar a veinte pesos y con ello se antoja esta imagen como de la taquilla donde venden los boletos para viajar a la estabilidad  y al mayor crecimiento económico que lamentablemente se encuentra cerrada. Aun así, quisiera ser optimista y pensar en que no deje pasar el tren de la esperanza y las oportunidades para que haya muchos boletos para todos los que quieran viajar en él, a lo largo y ancho de este Querétaro nuevo que deseamos conservar.

Google News