Con tan solo 25 años, este artista originario de Estados Unidos nos platica cómo se enamoró de la pintura y su...

Publicado por Revista Clase Querétaro en jueves, 12 de abril de 2018

Parkour, skate, rap y música eran los grandes hobbies de Diego Glazer, pero todo eso quedó en segundo plano cuando decidió abrazar de tiempo completo a la pintura, arte que define como su gran pasión.

Nació en Estados Unidos, a los tres años llegó con su familia a esta ciudad y ya se dice queretano. Desde niño el dibujo lo acompañó y su gusto por pintar no se limitó al lienzo, también hace tatuajes. Estudió pintura realista en Florencia, Italia, y ya de regreso en casa presenta “Alquimia Visual”, en el CEART de Santa Rosa de Viterbo.

En entrevista con CLASE, el artista de apenas 25 años de edad, comparte su historia, su amor por el arte y habla también de su futuro en este campo.

¿Cómo fue tu encuentro con la pintura?

Desde que tenía dos o tres años me la pasaba dibujando, incluso en la escuela, por eso tenía malas  calificaciones, porque no ponía atención más que a mis dibujos. En la prepa tomé un taller con Ramsés de la Cruz, talla de madera en el Instituto de Artes y Oficios. Y en el 2010 decidí que este hobby era una carrera viable para mí. Tuve la fortuna de tener muchas pasiones en la vida,  me hubiera gustado dedicarme a la música y al skate, pero la pintura me absorbió. Me fui a Florencia, a un colegio de dibujo y pintura realista en donde todo es práctico, no hay clases teóricas, todo es pintar y pintar, sólo con la referencia visual de la realidad, en “Alquimia Visual” se puede ver la influencia que ese tipo de educación tiene sobre mi obra.

Diego Glazer, pequeño gran pintor
Diego Glazer, pequeño gran pintor

¿Recuerdas cuándo decidiste dedicarte  al arte?

No, sólo recuerdo que la pintura es algo que siempre ha estado presente, entre todas las cosas que he hecho,  tatuaje, escultura, dibujo, y la pintura siempre se me ha hecho todo, es una de las artes mayores, un medio excelente con una versatilidad interminable.

¿Qué experiencia te dejó vivir en un país como Italia, y concretamente en un sitio como Florencia, que es un referente para las artes?

Fue una experiencia padrísima,  Florencia es una ciudad renacentista que no ha cambiado en 500 años, yo me la pasaba en los museos viendo a los grandes maestros del siglo XIX que son mis favoritos,  hay pinturas exquisitas. Me tocó convivir con gente de todas partes del mundo, había gente de Perú, Australia, Suiza; y en la calle, platicando con la gente, me tocó aprender italiano.

Estando  en Italia, ¿qué analizaste sobre México?

Me di cuenta que México está muy necesitado de educación artística, en el siglo pasado en todas las escuelas de arte se satanizó el arte figurativo porque lo empezaron a considerar obsoleto y comenzaron a deshacerse de todo ese tipo de clases y a enseñar cosas más modernas, arte abstracto, instalación, y México también fue parte de eso,  ya no había educación como lo del siglo  XIX, y me surgió una meta

y motivación en la vida, que es, si yo tuve la oportunidad de recibir esta educación quiero esparcir ese conocimiento aquí. En México hay mucha gente talentosísima, abierta

y propositiva que nos han sacado del hoyo y muchos son jóvenes, entonces yo me quiero unir a ese movimiento de enseñar arte tradicional en Querétaro y el resto del país.

Diego Glazer, pequeño gran pintor
Diego Glazer, pequeño gran pintor

¿Darás clases?

Sí, voy a empezar a dar talleres muy pronto,  una de mis metas en la vida es abrir una academia de arte, pero eso es a largo plazo.

¿En dónde quedó  la música, el parkour y el skate?

Quedaron en segundo plano. Estudié batería durante cinco años, era una de mis pasiones, pero el tatuaje y la pintura me absorbieron, ahorita tengo un dueto con Luis González, amigo de la adolescencia, usamos guitarras acústicas, ukulele,  tambor y cantamos, ni siquiera tenemos nombre. Del skate me voy a meter unos golpes una vez al mes, a ver si saco unos trucos, es un deporte que me enseñó un montón de lecciones incluso para la pintura, cosas como la disciplina, determinación y no dejarte derrotar por algo que no está saliendo. Y el parkour, lo hago una vez al año, cuando veo a mi hermano que vive en Suiza.

Al tatuaje no se le presta tanto la atención como arte, siendo que resulta complicado y de mucho compromiso, porque el lienzo es la piel y es algo permanente, ¿cómo empezaste tú?

Antes pensaba que el tatuaje era de malandros, pero viendo un programa de televisión, conocí que hay profesores que se tatúan, mamás y atletas, gente muy exitosa, eso me hizo sentir incluido, me dio la confianza de poder meterme a este mundo sin miedo, eso fue cuando tenía 13 años, estaba muy joven,  me empecé a obsesionar con los tatuajes, todo el día me la pasaba viendo fotos de tatuajes, hasta que empecé a inventar mis máquinas caseras y comencé a tatuarme y tatuar a mis amigos. Busqué quién me enseñara en los estudios de tatuaje, pero todos me dijeron que no y tuve que empezar yo solo.

¿Sigues intercalando la pintura y el tatuaje?

Cuando estuve en Florencia tuve que tomar un break, porque la escuela era muy exigente, no tenía tiempo para tatuar y cuando venía a Querétaro de vacaciones toda mi clientela me estaba esperando para tatuajes, así que en vez de vacaciones se volvía un viaje de trabajo.

¿Qué representa “Alquimia Visual”?

Es mi obra más reciente, hay algunos cuadros del 2016 pero en general son obras muy nuevas, piezas inéditas que hablan sobre mis cuatro temas principales: figura humana, retrato, naturaleza muerta y paisaje, y combinaciones entre ellas, hay piezas con procesos muy interesantes.

¿Cómo te ves dentro de 40 años?

No sé si esto sea una palabra, pero me gustaría verme como un internacionalista, me gustaría ir de país en país, pero también en un tiempo estar bien establecido, no sé en dónde, no sé si en Querétaro, aquí me gusta, porque es donde crecí y tengo un compromiso para enseñar lo que he aprendido. Es difícil responder esa pregunta, porque existe la posibilidad de que sea un pintor figurativo realista toda mi vida, pero la razón por la que estudié  es para descubrir si realmente quería hacer esto o no, y me encanta, pero también probablemente en algunos años pinte de una forma completamente diferente.

Es así como Diego se perfila como uno de los artistas más jóvenes y de gran talento que  ya comenzó a trazar su propio  camino en el mundo del arte.

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