Hace seis años, Arturo Molina junto con su familia, conformada por su esposa Martha Soto, con quien lleva 12 años de casado, y su hijo Arturo de ocho años, decidieron mudarse a esta residencia por la cercanía que tenía con la casa de la familia de ella, además por ubicarse en una de las primeras calles de Querétaro, justamente en los límites con el municipio de Corregidora. Arturo Molina considera que la familia es la base de nuestra sociedad, por ello es que siempre procura en sus tiempos libres estar cerca de ellos, realizando dinámicas de lectura o simplemente divertirse con juegos de mesa. A su residencia le hicieron algunas remodelaciones para que cumplieran con el estilo minimalista que deseaban tener en ella. Durante un año, el arquitecto Serafín González modificó la residencia al gusto de ambos, en donde destacaran grandes ventanales y se pudieran percibir los detalles en madera y cantera. El lugar favorito de la familia es la terraza, aquí suelen recibir algunos invitados o descansar en sus tiempos libres. “Nuestra casa nos inspira tranquilidad, descanso, seguridad. Es un lugar en donde nos reconfortamos y podemos estar en familia”.

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