El nombre de Rafael de los Cobos está ligado a la promoción cultural y el enaltecimiento de las artesanías y textiles orgullosamente queretanos, pero Rafa es más que un buen gestor; la música y el canto lo han acompañado desde niño, actualmente trabaja en un proyecto de literatura con música, y luego de interpretar las canciones del inolvidable Chava Flores, quiere darle voz a los grandes éxitos de José José y Juan Gabriel.

También es un experto en Thetahealing y biodescodificación, técnicas que le han servido para ayudarse y apoyar a otras personas. Vive entre la Ciudad de México, Querétaro, y también Oaxaca, donde colabora con el Ensamble de Danza  Rolando Beattie, y cuando tiene tiempo, se enfoca en crear más  proyectos y planear nuevos viajes,  una de sus  actividades favoritas, su próxima excursión será a Colombia.

En una breve visita a su tierra natal, platicó con CLASE sobre su pasado, presente y el futuro que ya está tocando a su puerta. Del pasado cuenta que a los seis años comenzó con la  música, disciplina que ha guiado su vida, estudió la carrera de administración, coordinó el exitoso proyecto Qué-Arte Mäka, gestado en la pasada administración estatal, que tuvo alcance internacional y en el cual colaboraron los diseñadores Alex Medina y Macario Jiménez.

La vida también lo llevó a trabajar en instituciones policiales, y luego de verificar  compras de armamentos, chalecos antibalas y patrullas, regresaba a casa para practicar canto. Rafa describe su vida como un ir y venir de lugares y conocimientos, todo en total libertad.

¿Qué significó Mäka para ti?

Fue un parteaguas en mi vida, en el mundo cultural de Querétaro y en la vida de la comunidad indígena del estado,  inició con unas cuantas artesanas haciendo bordados que se aplicaban a  algunas prendas ya confeccionadas y terminó convirtiéndose en un proyecto de nivel internacional. Ahí empezamos a fusionar el trabajo con diseñadores queretanos como Alex Medina, en una segunda etapa generamos una línea de hogar y luego empezamos a trabajar con Macario Jiménez, Julia  y Renata, Yakampot, Kris Goyri,  Alejandro Carlin, y fueron muchos más los que se integraron; todo esto era para mejorar la calidad de vida de las mujeres artesanas de Tolimán, Amealco y Colón.

El proyecto sí generó cambio en las mujeres indígenas porque disminuyó un gran porcentaje de migración de estas al centro de Querétaro y se creó la Casa de la Mujer Indígena en Yospi, Amealco. En lo personal me ayudó a crecer por la oportunidad de aportar desde mi trinchera al desarrollo de la mujer queretana, de las comunidades indígenas del estado y además  apoyar en la difusión del patrocinio cultural de Querétaro.

¿Qué pasó después?

El proyecto ya no continuó en esta administración, pero como soy ferviente amante de las artesanías, generé toda una colección   y la doné a la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), de hecho la colección lleva mi nombre y es la primera  de arte popular del estado, y es tan  buena y completa, que posteriormente Secretaría de Turismo de Querétaro la solicitó a la UAQ para poder difundirla en las ferias donde  tienen representatividad, todo eso me llena de mucho orgullo.

¿Siempre has vivido entre Querétaro y la Ciudad de México?

Sí, me fui un tiempo a la Ciudad de México para estudiar teatro musical, también trabajé en instituciones policiacas y de estar trabajando con policías me iba al teatro (risas). Luego tuve que dejar la escuela porque tenía programada una gira internacional, ya que en 2012 y 2013 fui beneficiario del estímulo México en Escena del FONCA con el proyecto de la Ciudad de los Palacios, con Bárbara Alvarado y Aletheia, donde yo producía y cantaba. Luego me invitaron a hacer toda la producción de Mäka, y durante un tiempo estuve viajando a Colima los fines de semana para continuar con mis clases de canto.

El canto, la música, han sido una constante en tu vida, ¿qué representa para ti en este momento?

La música representa todo, mis emociones y pensamientos, es una forma de liberación y sanación. Es mi compañera de vida, cuando estoy bien o mal.  Ha sido también una forma de compartir con la gente que amo y es como si fuera parte de mí, como si tuviera dentro de mi sangre y mi sangre fluyera en ritmos musicales.

¿Y también te involucraste en la literatura?

Sí, cuando terminé con la obra  “El hombre de la Mancha”, en la Secretaría de Cultura de gobierno federal me ofrecieron la coordinación  nacional de los Programas Estratégicos de Fomento a la Lectura, entonces me regresé a México y trabajé con el 90% de los autores mexicanos,   colaboré con muchísimas áreas, incluso con proyectos en centros de reclusión, ahí las mujeres  internas escribían poemas que luego se musicalizaban a ritmo de rap.

¿Qué nos puedes adelantar del proyecto de literatura y música?

Hay una serie de escritores, ya luego podré decir nombres, pero vamos a musicalizar sus obras y plasmarlas en espectáculos aquí en Querétaro. Todo  surgió porque generé un proyecto que se llama “el canta cuentos”, con el que hice improvisaciones de los cuentos cantados.

¿Qué otro plan tienes en puerta?

Como un proyecto a futuro me encantaría hacer un homenaje a Juan Gabriel. Soy una persona a la que no le gusta cantar en otro idioma, con todo y que mi escuela es música clásica italiana; si me dices canta una canción mexicana o una ópera, sin dudarlo me voy por lo nacional.

Con tantos rubros en los que has trabajado, pareciera que existen diferentes Rafa

Totalmente, soy como tripolar (risas). He estudiado varias técnicas de desarrollo personal, como medicina germánica, Thetahealing y biodescodificación, y con todo lo que me ha tocado en la vida, la música y demás, estoy dando también terapia en Querétaro y Ciudad de México, a la par de seguir desarrollando proyectos culturales. Hace un par de  meses me invitaron a trabajar en la Orquesta Típica Bicentenario en un homenaje a Chava Flores, y luego uno a Cri-Cri.

¿Cuál de tus viajes te ha marcado más?

Un tiempo estuve viviendo en Buenos Aires, donde estudié mi máster en gestión cultural. Otro viaje que me marcó  lo realicé en septiembre, fui a Vietnam, Tailandia, Camboya y China, lugares que aunque son tan opuestos a México, tienen similitudes; de repente en el metro en China pensé: “Me siento en la Ciudad de México”. En Tailandia descubrí que cada una de las personas se considera divina, y existe el respeto por el otro; y creemos que Vietnam es un caos porque estuvo en guerra, y no, es el país con la gente más amable del mundo, fue una gran experiencia.

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