Hace 25 años Cecilia Occelli fundó el Voluntariado Cultural Santiago de Querétaro, acervo que hoy en día sigue trabajando para mantener presente la historia del estado de generación en generación.

Como parte de su aniversario, se llevó a cabo un festejo en el Museo de Arte Sacro, donde se reconoció la labor de las ex presidentas, integrantes y de la misma fundadora de este proyecto nacional.

De presencia afable e impecable trato, Occelli se describe como una mujer en constante desarrollo, perseverante, inquieta, altruista y en búsqueda del enaltecimiento de la cultura del país.

En entrevista con CLASE, la ex Primera Dama, habló sobre la historia de este proyecto que se mantiene vigente en la ciudad de Querétaro, además del rol de la mujer en la actualidad.


¿Cómo inició la idea de hacer este voluntariado?

Por mi maestra de historia, Guadalupe Sánchez Azcona, que ahora ya es una persona mayor y no puede venir a estos eventos; ella nos inspiró a tenerle cariño y a estudiar más a México. Tenía 10 grupos de alumnas que llevaban años trabajando con ella. De ahí surgió un grupo de maestras empíricas, que en un año se prepararon. Además mi hermana Lilia también estudió por muchos años con Guadalupe, y como era una persona sumamente organizada, le pedí que impulsáramos un voluntariado de enseñanza en el que participara todo el país, primero estudiando la historia nacional y después, la de cada estado y de cada municipio.

Muchas esposas de gobernadores, como Yolanda Hernández de Burgos, me dijeron que sí (al proyecto) desde el primer instante y empezaron a trabajar en los diferentes estados, teníamos reuniones nacionales, fue muy bonito todo lo de la historia, pero yo veo con más valor a los grupos que se hicieron y siguen después de 25 años; recordar cómo se juntaron con el objetivo a estudiar y superar conocimientos.


¿Cómo se siente de estar en Querétaro festejando el aniversario del único voluntariado que existe en México?

Siento emoción de festejar con este grupo, de verdad es el único que siguió por 25 años, y mis respetos porque ha seguido creciendo, eso es lo que me interesaba y ellas lo han logrado porque eso se va a permear y a comunicar por toda la vida.


¿Qué significado tiene para usted haber dejado un legado?

Es una gran satisfacción porque yo quiero mucho a mi país, admiro sus rincones, aprecio su arquitectura, el arte y todos los eventos que fraguaron nuestra historia y siento que si yo pude comunicarlo o invitarlas a ellas a hacerlo, esto va a seguir, va a ser una tradición y no se va a olvidar.


¿Qué factores influyeron para que terminara este proyecto en otros estados?

Fueron factores muy importantes que después analicé, y es que las mujeres se integraron al ámbito laboral y ya no tuvieron tiempo de dar sus horas para ir a trabajar como voluntarias.

Sin embargo, tenemos una franja muy importante que es cuando sus hijos se independizaron y ya están solas, y es cuando se necesita actividad, creer en ellas y hacer lo que no han podido antes. Es ahí, precisamente, en esa edad y en adelante, que nosotros tenemos una gran población que puede hacer un trabajo voluntario.


¿Encuentra alguna diferencia entre la cultura de cuando estaba como Primera Dama, a la actualidad?

Ha surgido un cambio incluso desde la familia; los padres salieron a trabajar y la mayoría de las veces la mamá estaba en casa y era la que comunicaba todas las tradiciones. Ahora es mucho más difícil con la comunicación que tenemos actualmente, los jóvenes están en otros lados, no hay ese arraigo que es el que nos da el nacionalismo y la cultura.


¿Qué opina del empoderamiento de la mujer?

Me agrada ese cambio en la mujer, me gusta que se esté reconociendo su valor y, sobre todo, desde donde esté, en el ámbito laboral y empresarial, es ya una persona segura de lo que está haciendo y eso lo va a transmitir a sus hijos.

La generación que venga después de estas mamás va a ser mucho más libre y segura, yo creo que para el país es primordial, tanto para hombres como para mujeres que están empoderados y que sepan lo que quieren y hacerlo.


¿Qué proyectos desarrolla actualmente?

Soy presidenta del Consejo de Save the Children México, es una organización internacional que ve por los derechos de los niños, estamos haciendo trabajo en 17 estados; con los maestros, la familia y la comunidad, para que todos los problemas que recaen sobre los niños en el ámbito donde viven –en las comunidades– puedan cambiarse, pero a nivel comunitario porque, a fin de cuentas, la comunidad es la que los va a cuidar. Entonces si hay información de cómo el niño puede crecer mejor, van a evolucionar mucho más rápido y sobre todo, los niños van a estar más seguros, cuidados y van a poder ser mejores personas más adelante.


¿De dónde viene el gusto por ayudar a los demás?

Mi mamá era altruista y yo creo que como a los 13 años me fui a trabajar a las comunidades, a ayudar a los niños; les llevaba recetas de cocina o incluso los apoyaba en sus tareas, me gustaba. Eso me lo inculcó mi madre y yo seguí haciéndolo con todo el gusto.

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