Aunque es aventurado predecir el futuro lejano, sí es posible hacerlo si nos basamos en hechos científicos. La escatología es una ciencia que los antiguos crearon para estudiar el futuro del ser humano y el universo. Hablamos de la ‘futurología científica’, que no es otra cosa que el estudio de la evolución del mundo en lo social, político, económico, ecológico, religioso.

En todos los credos religiosos se contempla la extinción de la vida. Para algunos será para siempre y para otros volverá a renacer. La destrucción por un diluvio universal se relata en casi todas las creencias.

En la cultura judía, en la Biblia, en el libro del profeta Daniel, se relata la destrucción del mundo por guerras y desastres ecológicos. Solo los justos renacerán.

En la literatura apocalíptica cristiana, la descripción más clara y extensa se encuentra en el Apocalipsis de San Juan el Evangelista, quien, desterrado por Nerón (año 54 a 68) a la isla Patnos, describió sus visiones sobre el fin del mundo.

Prácticamente, todos los países desarrollados tienen comisiones que estudian el futuro. En Colombia recibe el nombre de Comisión para el Estudio del Medio Ambiente y su futuro. Depende del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam). La Organización de Naciones Unidas (ONU ) y la Organización Mundial de la Salud (OMS)también tienen sus comisiones.

Una asociación internacional de 3 mil científicos elaboró el Catálogo de la vida 2007 en asocio con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y bajo los auspicios de la ONU. Según ellas, existen por lo menos 1’750.000 especies vivas. Actualmente solo se han clasificado y estudiado 1.008. Hay 16.306 especies en vías de extinción, en especial la de los mamíferos, a la cual pertenece el hombre.

La génetica humana
Según el profesor de genética Bryan Sykes, de la Universidad de Oxford (Inglaterra), en su libro La maldición de Adán, el cromosoma Y, que es el aportado por el hombre al cromosoma X de la mujer, se va deteriorando. No se autorrepara como el cromosoma femenino X. Según sus cálculos, dentro de 125.000 años desaparecerá del todo, es decir, dentro de 5.000 generaciones. Por otra parte, el semen y los espermatozoides producidos por el hombre están disminuyendo en cantidad y calidad aceleradamente. Esto conlleva el aumento de la infertilidad. Hoy, una de cada seis parejas tiene problemas de infertilidad.

No solo los problemas genéticos pueden acabar con el género humano. Analicemos algunos de los más sobresalientes.

La peste
Una pandemia producida por un virus o una bacteria resistente a los antibióticos puede ser fatal. Recordemos que la peste negra o peste bubónica acabó en la Edad Media con la tercera parte de la población mundial. El sida, por ejemplo, no ha podido ser controlado.

Cada 13 segundos hay un nuevo infectado. La tuberculosis y el paludismo han crecido, al igual que la fiebre amarilla y el dengue.

El genoma humano puede sufrir una mutación en la transcripción del ADN y causar desastres. A esto contribuyen los químicos que a diario consumimos. Estos mismos químicos contaminan los mares y van acabando con el plancton, que es un conjunto de animales y plantas minúsculos que flotan en la superficie del agua y sirven de alimento básico a una gran variedad de peces.

La superpoblación
A pesar de la baja de la fecundidad, estamos abocados a una explosión demográfica. A principios del siglo pasado éramos 1.600 millones en el mundo. Actualmente somos más de 7.000 millones. De seguir así, en el 2050 seremos 9.300 millones.

La encíclica papal 'Humanae Vitae' promulgada por el papa Pablo VI en 1968 y que prohibía el aborto, el uso del condón y la píldora anticonceptiva no ha sido modificada.

El agua dulce se está acabando en todo el mundo. En Colombia hay 1.600 ríos, descartados los riachuelos, las acequias, las quebradas y los caños. Dentro de un par de siglos estos cuerpos de agua serán apenas líneas en los mapas. Perdemos dos ríos al año.

El río Amazonas, el más caudaloso del mundo, ha disminuido el 50% de su caudal en los últimos 50 años. Los humanos podemos vivir sin petróleo, pero no sin agua.

La amenaza espacial
Un asteroide puede chocar contra la Tierra. Hay cerca de 20 mil asteroides en nuestro Sistema Solar, y la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio de los Estados Unidos (Nasa) solo está rastreando 127.

En la península de Yucatán, en México, cayó un asteroide de 180 kilómetros de diámetro hace 65 millones de años. Levantó nubes de polvo que por varios años ocultaron la luz del sol. Acabó con el 92% de la vida animal y vegetal de la Tierra, incluyendo la extinción de los dinosaurios.

El fenómeno del calentamiento global puede acabar con todo tipo de vida en la Tierra. Su causa principal son los gases tipo invernadero, que agotan el ozono de la atmósfera y retienen la energía y el calor solar.

La polución
El CO2 (dióxido de carbono) es el causante del 77% de la contaminación. Los efectos ya se están viendo. Los nevados están desapareciendo, a tal punto que dentro de cincuenta años no habrá nieve en ellos. La repercusión más fuerte será sobre las fuentes de agua dulce.

Si la pérdida de ozono continúa, la Tierra quedará desprotegida de los rayos ultravioleta y gama que acabarían con todo vestigio de vida.

Los países, casi todos, están tomando conciencia de los estragos del calentamiento global. En Kioto (Japón) se reunieron 140 países en 1997 y firmaron un compromiso: bajar la emisión de gases contaminados en un 5.6% en relación con los existentes en 1990. Esto debería haberse cumplido antes del 2012. Con ello se lograría bajar la temperatura promedio global entre un 0.02% y un 0.28% antes del 2050. La conferencia de Río-20 para el desarrollo sostenible, de la ONU, dejó solo buenas intenciones.

Recordemos las palabras de un científico ecologista: “Cuando las plantas se sequen y los ríos dejen de correr, el hombre se convencerá de que el dinero no se come. Pero entonces será muy tarde”.

jpe

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