En el marco de la conmemoración del Día de la Tierra, la comunidad de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPS) de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), anunció los primeros pasos para la conversión energética de sus instalaciones.

Este proyecto comenzó a partir de la iniciativa de un grupo de estudiantes que en el 2019 diseñaron “Facultad Solar”, una propuesta de transformación colaborativa y multidisciplinaria que para comprender el impacto en la Agenda 2030 de la ONU y con base en ello, intervenir de forma puntual, eficiente y transparente, informó Mauricio Olivares-Méndez, catedrático de la FCPS.

La unidad académica inició el trabajo con consultores especializados, a fin de diseñar una estrategia que permita mitigar el impacto medioambiental a partir de la generación de energías renovables, en particular a partir de energía solar, tanto en los edificios de Centro Universitario pertenecientes a esta Facultad, como para los campus Amealco, Cadereyta y San Juan del Río.

La inversión inicial de la FCPS será de 150 mil pesos, acompañada en paralelo de un esquema de ahorro del 5% de cada proyecto futuro de la Facultad, creando una bolsa de recursos etiquetados para las siguientes fases.

“Con el apoyo de la Rectoría, se proyecta reinvertir en la Facultad aquellos recursos que se ahorre en los gastos de energía eléctrica”, indicó Olivares-Méndez.

Además de este proyecto, la FCPS lanzará una serie de estrategias relacionadas con la eficiencia energética, la disponibilidad de productos higiénicos sustentables, la promoción de una alimentación sana y consciente del medio ambiente, y en colaboración con la Coordinación de Gestión para la Sustentabilidad, una propuesta de manuales internos para mejorar los procedimientos e incorporar la perspectiva de sustentabilidad.

Desde hace tres años, se dejaron de comprar botellas de plástico y contenedores de unicel, se redujo sustancialmente la compra de materiales de un solo uso y se comenzó a comprar material de papelería de bajo impacto ecológico.

Otro proyecto impulsado por los estudiantes es el de un huerto urbano, un espacio de producción orgánica y comunitaria de alimentos que ha servido para capacitar a quienes se entusiasman por repensar las cadenas agroalimentarias de una forma sostenible y solidaria, por generar conocimientos transferibles y por transformar la relación con los alimentos y con el planeta, indicó el docente.

Además, durante 2020, la unidad académica implementó un programa de disposición adecuada de la basura electrónica, reciclando el material tecnológico que se dio de baja en los últimos años, evitando la contaminación del suelo y mantos acuíferos a causa de metales y plásticos no degradables.

“Con la campaña de donación de equipamiento de cómputo para estudiantes, se logró reparar y entregar casi 70 equipos personales, dotando de herramientas a los estudiantes y asegurando que estos materiales no se convirtieran en chatarra.

La colaboración con la ciudadanía hizo posible el éxito de este programa, y para continuar la estrategia de solidaridad y cuidados, todo el equipo que no se pudo reparar o actualizar fue reciclado de acuerdo a los más altos estándares”, agregó.

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