Primer viernes de Cuaresma y los comerciantes de las marisquerías del mercado Escobedo esperan que sea una buena temporada.

De inicio, la afluencia de comensales que buscan los platillos elaborados con productos es variada. Mientras en algunos negocios los clientes son muchos, en otros apenas son dos o tres las personas que consumen cócteles, pescados o caldos que se ofrecen.

El día en el mercado, uno de los más tradicionales de la capital queretana, transcurre de manera ordinaria. Es el primer viernes de Cuaresma y las amas de casa buscan los productos del mar en los locales de pescados y mariscos, mientras que otros buscan los platillos elaborados con productos del mar para guardar la vigilia, como marca el dogma católico durante este periodo de 40 días.

Los olores de los diferentes platillos, como pescados e ingredientes que son picados, como jitomate, cilantro, camarones, se mezclan con los olores de las frutas, verduras y otras carnes que se venden en los pasillos cercanos. Mientras, los comensales empiezan a buscar sus lugares favoritos, a los que tradicionalmente acuden a comer, no sólo en Cuaresma, sino durante todo el año.

Elvira Ruiz Colín, encargada de Mariscos El Bucanero, espera la llegada de clientes. En su negocio sólo están un familiar y un amigo. Confía en que con la hora de la comida la gente llegue.

Explica que las otras marisquerías también están solas. Resienten la falta de clientes. Dice que sábados y domingos siempre hay mucha gente, pero este viernes, el primero de la Cuaresma, los comensales brillan por su ausencia.

Elvira explica que lo que más vende en su negocio son los filetes, cócteles, caldos, principalmente, pero, por lo pronto, este viernes tiene un día flojo, algo que no le gusta como comerciante.

“Ojalá mejore la cosa conforme avance la Cuaresma. Ojalá mejore en los viernes de Cuaresma. A lo mejor hoy por ser el primer viernes está un poco solo, pero ojalá los próximos haya un poquito más de movimiento”, indica Elvira.

Apunta que los precios de los platillos que ofrece no han subido, porque hay mucha competencia; considera que si llega a subir el costo de algún producto, los clientes buscarán otra marisquería para comprar.

Dice que en el mercado Escobedo hay 13 marisquerías, pero que ella, afirma con orgullo, fue la segunda en vender mariscos. De eso hace 51 años.

“Yo fui la segunda, hace 51 años. Llegué de 15 años. Mi esposo y mi suegra se dedicaban a este negocio. No fue que me gustara, sino que tenía que trabajar y ya me quedé aquí”, narra.

Recuerda que cuando llegó estaba a un costado el mercado de abasto. Daban las ocho de la mañana y estaban llenos de clientes, en parte porque sólo eran dos marisqueros, La Playa y El Bucanero.

“Después llegaron otros 11 y se reparte la gente entre todas las marisquerías. Antes era muy bueno, muy buenas ventas. Te desayunabas antes de las siete de la mañana. Te venías a trabajar, abrías a las ocho y luego, luego había gente. Ahora te dan las 12, la una de la tarde y apenas te vas persignando”, abunda.

Elvira cree que esta disminución en las ventas también se debe a que en muchos lugares han abierto nuevas marisquerías, aunado a la mala situación económica que vive la población en el estado y en el país, donde aumentan los productos de la canasta básica.

Destaca que sus productos siempre son frescos, pues compra los ingredientes siempre frescos, del día, pues no guarda nada para otros días, además de comprar productos de primera, para ofrecer buenos platillos a sus clientes.

Elvira prepara una tostada de pulpo a un cliente que llega. De prisa, la comerciante prepara el platillo para la persona que toma asiento en uno de los banquillos que pueden ocupar los comensales.

El mercado, en otros giros, vive un día normal. Incluso los dedicados a la venta de carnes rojas tienen clientes que acuden a comprar estos productos.

Los locales de venta de carne de pollo también registran buenas ventas. De unos años a la fecha, las mismas autoridades religiosas han explicado que durante la vigilia no es necesario evitar las carnes rojas, siendo más una cuestión simbólica, dejando sólo el Viernes Santo como obligatorio de vigilia.

Sin embargo, para los católicos, es una tradición durante estos 40 días dejar de comer carne durante los viernes.

Además de las marisquerías, los locales de venta de pescados y mariscos crudos son visitados por los clientes, aunque llegan a cuentagotas. Los precios de los productos no se han disparado, como se podría pensar.

Elvira y sus compañeros, en tanto, esperan que los clientes acudan como es tradicional a comer productos del mar durante la Cuaresma, como lo hacían hasta hace unos años de manera masiva.

Por lo pronto, los comerciantes confían que las ventas mejoren en las próximas semanas, pues incluso el Miércoles de Ceniza, que marca el comienzo de la Cuaresma y primer día de la vigilia, no se registró aumento en las ventas.

Sin embargo, dice Elvira, debe mantener la fe en Dios que las ventas mejorarán, que los clientes regresarán y tendrán una buena temporada este año.

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