Si mantener motivados a los empleados de una empresa es una tarea muy compleja, lo es aún más el hacerlo con aquellos trabajadores que no se encuentran dentro de la nómina y que laboran de manera independiente pero para la com pañía. En sí, la motivación al interior de una organización siempre ha sido un tema que ha merecido estudios, análisis y recomendaciones debido a su complejidad. Pero la situación se complica cuando los colaboradores que trabajan para la compañía no pertenecen directamente a ésta, ya sea que sean independientes, estén tercerizados, laboren bajo una firma de outsourcing o sean proveedores de ésta.

¿Por qué es necesario? Porque la motivación, según distintos estudios, mejora la productividad, entre otros muchos beneficios. Ellos deben caminar hacia el mismo lugar que el resto y es más, deben ser y sentirse parte del equipo.

“Necesitas que todos tus equipos tercerizados y tus colaboradores freelance se alineen con los objetivos de la compañía, por más que ellos piensen que lo que están haciendo es un trabajo estético u operativo. Hay que darles la importancia que se merecen”, explica Carina Friguglietti, Gerente de Mercadotecnia de Meta4, una empresa dedicada a la gestión de recursos humanos a través de la nube. La realidad es que a pesar de que ellos no estén en nómina, que no contribuyan con procesos relacionados directamente con la producción o que estén sólo por un tiempo definido, tú como empresario tienes que considerarlos y concentrarte en desarrollar relaciones de largo plazo con ellos.

En aumento

En nuestro país esta forma de trabajo ha aumentado en los últimos tiempos. En lo que se refiere a la tercerización —el proceso por el que una compañía delega la administración de personal a un tercero, lo cual también suele llamarse outsourcing— se espera que ésta crezca en 2016 entre 3% y 5%, debido a los beneficios que este esquema proporciona, según la Asociación de Empresas de Capital Humano (AMECH).

La AMECH reportó 150 mil 233 empleos tercerizados, lo cual representa casi 1% de los puestos registrados ante el IMSS.

De esta manera, cada vez hay más empleados que trabajan tanto bajo estos esquemas como por honorarios (trabajadores independientes), así que las empresas tienen que buscar la forma en la que puedan retenerlos, sigan laborando con ellas y no sólo eso, estén motivados y con ello sean productivos.

Y esto no se logra necesariamente a través de dinero. La consultoría Mckinsey analizó los motivadores financieros y no financieros que una empresa puede dar y encontró que los no financieros —las alabanzas y elogios del jefe— la atención de los líderes y las oportunidades para liderar proyectos eran más efectivos para motivar a la gente que los tres motivadores financieros mejor evaluados, es decir, bonos de desempeño, aumento de sueldo y otorgamiento de acciones. Esto para entender que el hacer que todos, tanto trabajadores internos como los externos, caminen hacia el mismo rumbo, sólo es necesario darles —a todos— la motivación necesaria para hacerlo.

Desgraciadamente, con este tipo de personal, la motivación cuesta el doble de trabajo, porque ellos se enfrentan a una falta de pertenencia a la organización o empresa, explica la especialista de Meta4.

Un aspecto muy importante para lograrlo es el que la empresa trabaje en forjar una marca empleadora con la que todos quieran trabajar. Es necesario transmitirle a los trabajadores independiente o proveedores lo que implica el tener esta relación comercial.

Estos beneficios trascienden lo económico y se relacionan más con la reputación de la empresa. “La reputación es muy importante para la empresa, que lo que esté bueno se demuestre y que lo que no es tan bueno se resuelva en privado. Esto es algo que van a valorar mucho estos trabajadores”, asegura Carina.

Esto cobra especial relevancia si se habla de trabajadores independientes porque la mayoría de las veces ellos escogen con quién trabajar, así que es necesario que las ventajas y beneficios de trabajar con esta empresa —sea del tamaño que sea— sean muy claros: Que la empresa pague a tiempo, que ofrezca retroalimentación adecuada, que tenga claros los objetivos y de esta forma sea clara al transmitírselos a los trabajadores externos. Todo esto es importante para forjar una buena marca.

Metas y objetivos claros

El mejor escenario sería que todos, tanto los trabajadores que están en nómina como los que no, estén coordinados y lleven a la empresa al mismo buen puerto. Por eso desde el inicio es importante establecer objetivos en común.

“Estos objetivos deben ser comunes tanto para la compañía como para el ecosistema de tercerizados que forman parte del equipo”, explica la especialista.

Es que es fácil pensar que los freelance muchas veces funcionan para sacarte del problema cuando tienes mucho trabajo, pero ellos pueden ser mucho más que eso, explica Hubspot, en su blog dedicado a orientar en temas de negocio. “Cada relación con un freelance puede ser una oportunidad de agregar un activo a tu equipo creativo. Sólo porque no estás en la posición de darle a la persona más trabajo no quiere decir que ese siempre va a ser el caso. Así, si alguna vez tienes la necesidad de tener a alguien de tiempo completo, lo puedas hacer de la mejor manera”, sostiene el blog. La recomendación es que la relación con cada trabajador independiente, de outsourcing o incluso proveedor, la pienses a largo plazo, porque nunca sabes cuando ellos van a terminar en tu equipo.

En temas de motivación, el reconocimiento es esencial. Por ejemplo, un agradecimiento en redes sociales no está mal para aquellos proveedores que entregaron a tiempo cierto tipo de producto. “Siempre hay que reconocer el trabajo de las personas que trabajan para la empresa, es hacerlos sentir parte”, explica la especialista.

¿Y esto cómo se hace? Transmitiéndole a todos estos trabajadores cómo su labor impacta en los resultados de la empresa. Hay que mostrar los resultados globales para que todos los trabajadores estén conscientes de su aporte y se sientan parte.

Ya sea a través de un correo electrónico, de una llamada telefónica, de un mensaje al teléfono, de un mensaje en redes sociales o de cualquier otro medio, es importante decirle a la gente qué es lo que hace bien y cómo sus acciones tienen consecuencias positivas.

“Motivarlos puede ser tan sencillo como decir ‘muchas gracias’ y darlo a conocer a través de un correo de la compañía, o lo puedes hacer más tangible dándoles un bono o una canasta navideña”, explica Hubspot en su blog.

Hay que hacer que ellos se sientan parte del equipo. Invítalos a juntas en donde se vaya a discutir de cambios sobre su trabajo, así ellos se sentirán incluidos y con esa información, podrán hacer los cambios necesarios, por poner un ejemplo.

Pero hay que tener caro que es necesario respetar la independencia de estos trabajadores. “El freelance es alguien que se considera dueño de su tiempo y de su espacio, así que es muy importante saber abordar a una persona para la que lo más importante es su independencia”, explica la especialista. Es necesario que se tenga claro que con ellos se trabaja por objetivos y metas y no por cantidad de tiempo. No servirá de nada que les estén llamando una y otra vez para saber cómo va el proyecto, es necesario confiar en que ellos entregarán resultados.

“Como jefe de un ecosistema donde hay freelance no se puede pretender que la persona esté permanentemente online y a su servicio porque él tiene otros clientes”, asegura Carina.

La recomendación es establecer pautas del tiempo muy específicas y tener muy claro que al buscar un servicio con un trabajador independiente se está renunciando al control de los procesos y se está confiando en los resultados. No valen los trabajos de supervisión para ver si la persona está haciendo su trabajo, sino que lo que se tiene que revisar es que se cumplan con lo estipulado.

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