El 2014 será un mejor año para la economía mundial de lo que fue en 2013. La economía de Estados Unidos continuará con la buena tendencia que mostró a finales del año pasado y registrará su más rápido crecimiento anual desde 2005 y la zona euro por fin podrá registrar una tasa positiva. Los países emergentes seguirán liderando el avance global, pero no de la forma como antes de la crisis financiera iniciada en 2008.

La economía mundial se irá gradualmente acelerando en el transcurso del año, esto se verá confirmado, especialmente en los países desarrollados, por el menor desapalancamiento del sector privado y la flexibilización de la austeridad en el sector público. En muchas de las naciones emergentes, el crecimiento será mayor este año, pero no en todos, sobre todo en aquellos que dependen de las exportaciones a China, que seguirá desacelerándose. Por lo tanto, la recuperación de la economía mundial será modesta, de 3.0% en 2013 a 3.7% en 2014.

Se estima que la economía de Estados Unidos pueda crecer este año cercanamente al 3.0%, después de que el año pasado no logró llegar al 2.0%. Esta situación obedecerá al mejor desempeño de la demanda interna (el gasto en capital será el motor del crecimiento) debido a una menor astringencia fiscal, lograda en el reciente acuerdo presupuestario.

La Zona Euro pasará finalmente de la recesión a la recuperación, al crecer 1.0% en 2014, frente al descenso de 0.4% registrado en 2013. Esto obedece a diversos factores, a saber: una política monetaria acomodaticia; estabilización de los mercados laborales; menor restricción fiscal; mayor poder de gasto debido a una muy baja inflación y una mayor confianza en las autoridades en el manejo de la deuda soberana. A pesar de estos factores positivos, algunos países como Grecia, Italia y España, lucharán por escapar de las tasas de crecimiento negativas. Por el contrario, Alemania y Reino Unido tendrán un mayor avance este año.

El crecimiento en China se aceleró en la segunda mitad del 2013, por los estímulos gubernamentales y el incremento en la inversión. Sin embargo, este repunte se estima será temporal, en parte por medidas tendientes a disminuir el crecimiento del crédito y elevar el costo del capital.

Así, el crecimiento se verá moderado levemente a 7.5% este año. Se proyecta que el ritmo de avance de la economía china disminuirá a 6% en el futuro cercano, a medida de que el gobierno busque depender menos de la inversión e impulsar el consumo.

De hecho esta economía está en un proceso de transformación a una economía de servicios, tratándole de darle mayor valor agregado a sus productos. Es cierto también que la burbuja inmobiliaria ronda la economía China y el sector financiero debe transparentarse y fortalecerse, siendo éstos factores que debilitan a la economía.

El menor avance económico en China, incidirá en que los precios de las mercaderías se mantengan a los niveles de 2013 o incluso disminuyan, lo que tendrá impactos negativos en las grandes exportadoras de éstas como, Brasil y Argentina. Por otro lado, los precios contenidos en los commodities coadyuvarán al logro de una inflación menor al 2% en las economías avanzadas.

El ambiente global que enfrentarán los mercados emergentes en 2014, resultará más amigable que en los últimos tres años. Esto significará que las exportaciones serán una fuente de crecimiento para estos países. Se estima que el crecimiento para 2014 supere el 5% en promedio para este grupo de naciones. Sin embargo, el retorno a tasas explosivas de avance económico, como lo fueron en los años anteriores a la crisis, no se evidenciará y éstos seguirán enfocándose en sus reformas estructurales para elevar su productividad y asignar el capital más eficientemente.

Asimismo, la decisión de Estados Unidos de que mantendrá la reducción de su política monetaria expansiva (Q3), tendrá repercusiones en el mundo, especialmente en aquellos países que no han terminado de salir de la crisis. kernAdemás de que para los emergentes provocará fuerte salidas de capitales “golondrinos” en busca de divisas más fuertes, como el dólar, ya que al reducirse el Q3, las tasas de interés subirán en EU y el dólar se fortalecerá.

La decisión de la Reserva Federal también tendrá impacto en el país, pero el Banco de México ha decidido no intervenir como en otras naciones y no lo hará mientras la depreciación del peso frente al dólar no se traduzca en presiones inflacionarias y sí apoye la competitividad de las exportaciones nacionales.

* Es coordinadora de la Maestría en Economía y Negocios y Directora del Instituto de Desarrollo Empresarial Anáhuac en la Universidad Anáhuac, México Norte.

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