Cada época de la humanidad ha demostrado rasgos distintivos que la identifican. En las últimas décadas, sobre todo a raíz de los avances en la tecnología, estamos experimentando un periodo que se caracteriza por la velocidad a la que se generan o suceden los cambios y las transformaciones al interior de los diversos ámbitos sobre los que nos desempeñamos.

Así, al inicio del Siglo XXI, México se preparaba para enfrentar un proceso significativo de cambio y transformación, que sin duda delinearían la visión prospectiva de las siguientes décadas. En particular en 2002 representó para la economía mundial, una reubicación del pivote sobre el que descansaban las fuentes de incertidumbre y volatilidad de los indicadores económicos globales. Así, los países en desarrollo dejaron de ser el centro y el origen de las crisis, como había sucedido en los ochentas y los noventa y se trasladó hacia los países desarrollados.

El desajuste experimentado por las economías desarrolladas, fue fundamentalmente la consecuencia de los excesos cometidos a partir de la segunda mitad de la década de los noventa. Destacan de manera importante los desequilibrios financieros y la sobreinversión que experimentaron algunos sectores que se clasificaron como potenciales, como las tecnologías de información y comunicación, la computación y el internet, sobre los que se fijaron expectativas demasiado optimistas respecto a su desarrollo y auge dentro de la tendencia emergente conocida como la “nueva economía”. Cabe llamar la atención que menos de diez años después, se presentaría un nuevo episodio de excesos y sobrevaloración de mercados y sectores, amén de una alta especulación, lo que llevó a la crisis de 2009, con epicentro nuevamente en los países desarrollados y cuyos devastadores efectos aún siguen latentes.

Fue en ese año en que se desarrolló, a iniciativa del Lic. Miguel Alemán Velasco, la primera Cumbre de Negocios, evento en el que se reúnen destacados dirigentes de los sectores privado, público y social y que a lo largo de 11 emisiones se ha colocado como el foro anual para discutir los temas clave que definen el futuro de México y su relación con sus principales socios de una forma integral y orientada a resultados.

La decimosegunda Cumbre de Negocios, a celebrarse de 26 al 28 de octubre, en Querétaro como sede central, será la oportunidad para que acudan líderes nacionales y extranjeros invitados. Jefes de Estado, directivos de importantes empresas globales, tanto mexicanas como internacionales, comunicadores y expertos en varios ámbitos del desarrollo económico y de negocios, pero también convoca a los jóvenes que serán los líderes en corto plazo y que encabezarán los esfuerzos en la construcción del futuro de México.

En este ocasión, el tema de la Cumbre alrededor del cual discurrirán las mesas de análisis, debates y conclusiones es “Aprovechar los nuevos recursos para el crecimiento de México”, lo que nos lleva a reflexionar no sólo sobre los recursos energéticos o productivos que tiene el país, si no sobre los que en el futuro cercano estaremos desarrollando. Las reformas estructurales que se están implementando, sin duda nos permitirán contar con una mayor cantidad y más efectivos recursos, sobre todo en lo referente al capital humano, base fundamental de cualquier desarrollo que se quiera emprender. Lo anterior en consonancia con el principio básico de que el éxito empresarial resulta de entender, adaptarse y capitalizar la velocidad del cambio tecnológico.

México tiene gran potencial para ubicarse en los próximos 12 años entre las 10 primeras economías del mundo. Pero para ello es necesario trabajar desde hoy. Construir el futuro que queremos implica trabajar juntos, ese es el espíritu de la Cumbre de Negocios. Se espera de los empresarios una reacción positiva hacia las transformaciones que está viviendo el país y que exige la construcción del futuro que se está delineando. Por ello, es necesario adoptar una postura de responsabilidad compartida, los líderes reunidos en la Cumbre son sabedores de que es el momento de México y es oportuno actuar en consecuencia, quejarse ayuda pero no resuelve. Sus inversiones que deben superar las de años anteriores, deben estar enfocadas a acrecentar la planta productiva y a generar empleo. El futuro de México está en nuestras manos, que no se nos escape.

Presidente de Consultores Internacionales, S.C.

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