Alejandro Cortés es un joven emprendedor con muchas ganas de crecer, y le surgió la idea de realizar un proyecto que contribuyera a abatir los altos índices de diabetes que hay en el país.

Fue así como fundó la empresa llamada Ake, una fábrica de bebidas embotelladas con ingredientes 100% naturales.

“La idea surgió porque tengo antecedentes de familiares diabéticos y eso arrastra la experiencia que se tiene de la problemática. Todo surge de la nada y aterricé las ideas y las llevé paso a paso”, comentó.

A cuatro meses de iniciar sus operaciones, actualmente ese producto se distribuye en Juriquilla y parte del municipio de Corregidora.

Como meta a futuro, explicó que quiere enfocar su fábrica a bebidas especiales para gente con diabetes, que es uno de los grandes problemas que se tiene en México.

“El objetivo es que ellos puedan disfrutar de una bebida que les guste y que sea endulzada”, refirió.

Precisó que de inicio, dispuso de 60 mil pesos de inversión, que utilizó básicamente para tramitar el registro de la marca, darse de alta ante la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, así como con las autoridades de Salubridad, por tratarse de la industria alimenticia.

En el marco de la entrega de créditos de la convocatoria Juventud Emprendedora 2013, el joven recibió un financiamiento de 20 mil pesos que usará para comprar maquinarias y materia prima para expandir el negocio.

Respecto a la relación con los proveedores, aseveró que en ese sentido sí se ha enfrentado con fuertes problemas, pues la industria de embotellado solicita una inversión muy grande, que va entre 20 mil y 30 mil pesos para ser parte de su equipo y distribuyan su producto, ya sea en consignación o a un precio que sea más barato.

Esto trae como consecuencia la afectación en precios y en cuanto a competitividad con otras empresas del mismo giro, lo que a su vez eso ocasiona que el precio al consumidor sea más alto.

“Estamos en el proceso, el reto es bajar a un precio accesible los productos a los consumidores”, dijo.

Aclaró que todos sus proveedores son locales; sin embargo la inversión que piden los empresarios que le surten los insumos es el principal obstáculo.

Otra de sus principales dificultades para abarcar el mercado de la capital del estado es la falta de refrigeradores en las tiendas a las que podrían surtir, porque a diferencia de Corregidora, la gente les da la facilidad de ponerlos en sus propios refrigeradores.

La empresa está situada en la capital del estado y emplea a tres o cuatro personas y su producción asciende a alrededor de 800 botellas por mes, informó.

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