WASHINGTON.— A sus 73 años de edad, la jornada del “Viernes Negro” goza de una salud envidiable en Estados Unidos. Desde que el presidente Franklin D. Roosevelt decidiera convertirla en el hito inaugural de las fiestas de Navidad, millones de estadounidenses han hecho de esta fecha una tradición y un poderoso pilar sobre el que reposa la vieja catedral del capitalismo.

Cuando el próximo 23 de noviembre millones de estadounidenses se reúnan en torno a una mesa, para departir la mesa de “Acción de Gracias”, muchos rebuscarán en los bolsillos para romper una vez más el récord anual de ventas.

En esta ocasión, la meta a superar será de 52 mil millones de dólares, según la cifra registrada el año pasado por la Asociación Nacional de Comerciantes. En relación a las ventas del “Viernes Negro” en 2010, el aumento fue de un espectacular 16%.

En busca de “ofertas monstruo”, millones de consumidores se lanzarán a la caza de computadoras desde 180 dólares, tv de alta definición de no más de 200 dólares o ropa de marca a bajo precio.

“He ahorrado en los últimos meses para comprar los juguetes de Reyes, una televisión y un celular”, aseguró Mirna Vázquez, inmigrante de Maryland que reconoce que de no ser por las rebajas difícilmente haría esas compras.

Muchos pronosticaron la muerte del “Viernes Negro” hace cinco años, pero demuestra que los augurios fueron infundados.

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