Para cursar una carrera profesional no sólo se requiere capacidad intelectual y gusto por un campo laboral específico, sino también que se cuente con los recursos económicos suficientes que permitan que toda tu atención este concentrada en los estudios y no en tu bolsillo.
Por ello requerirás de una fuente de recursos que financie tus estudios durante los próximos años.
La organización internacional CollegeBoard, establece que la primera fuente de recursos son los propios ingresos, los cuales regularmente son aportados por los padres de los estudiantes. No obstante, es importante que la familia determine el costo total no sólo de las inscripciones y colegiaturas, sino de todos los gastos extras como transporte, comidas y útiles escolares que se requerirán durante todo el tiempo que duren los jóvenes en la escuela.
Por otro lado, un estudiante no tiene que ser el mejor de la clase o un atleta de primera para recibir una beca. Muchas están basadas en una escuela, campo de estudio o carrera, o incluso en el estrato socioeconómico en la que se encuentra el estudiante, las cuales se ofrecen por parte de las mismas escuelas, o de fundaciones específicas.
Muchas empresas, fundaciones y organizaciones profesionales y de servicios, además de grupos comunitarios y organismo públicos ofrecen becas, donde se tienen que cubrir algunos requisitos de calificaciones obtenidas en el nivel medio superior, además de comprobar el nivel de ingresos.
Toma en cuenta que muy pocas becas cubren el 100% del costo de tu educación y aquellas que si lo hacen, sólo están destinadas para pagar el costo de las colegiaturas, por lo que tendrás que cubrir los otros gastos asociados a los estudios.
En caso de que la escuela sea privada, la mayoría de ellas ofrecen planes de financiamiento para sus alumnos, los cuales pueden alcanzar plazos de pago de hasta 10 años, por lo que cubren el tiempo de estudios y hasta cinco años más después de haber egresado.
La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) aseguró, “De acuerdo con una encuesta realizada por OCCEducación, sólo ocho de cada 100 profesionistas mexicanos utilizaron alguna vez un financiamiento para solventar sus estudios. Según este mismo ejercicio, la principal razón para rechazar esta opción es el desconocimiento que se tiene sobre su funcionamiento”
Por lo general, la tasa que cobran suele ser menor a un crédito comercial privado, sin embargo, la Profeco recomienda comparar los costos con otras escuelas y con otras opciones, además de revisar detenidamente las condiciones de pago, las sanciones en caso de retraso y si existen algunas otras comisiones.
Algunas entidades financieras cuentan con productos específicos dirigidos a estudiantes. Entre ellos destacan los créditos para el financiamiento de estudios universitarios o de postgrado o el anticipo de becas.
También suelen exigir un aval, con una cuenta de nómina o cuenta bancaria, por lo general de los padres, así como comprobantes de ingresos y en algunos casos, una declaración de bienes inmuebles.
“Algunos de estos préstamos permiten que el estudiante no pague nada hasta que finalice la carrera o que solo tenga que abonar los intereses”, asegura BoardCollege.
Si optas por este tipo de financiamiento, debes tener en cuenta las comisiones que cobran estas entidades en concepto de apertura, cancelación o pagos anticipados del crédito. También es importante que negocies el tiempo que te darán para saldar la deuda.
En este tipo de créditos, participan bancos y entidades financieras no bancarias, como sofomes, donde ambas figuras pueden tener convenios con las universidades, con beneficios especiales, como una aprobación del financiamiento más acelerada o mejores plazos de pagos.
Existen programas como el de Nacional Financiera que está diseñado para el financiamiento de colegiatura e inscripción de quienes deseen estudiar o estén estudiando una carrera universitaria o posgrado.
El monto máximo del crédito es de 215 mil pesos, actualizable con base en la inflación, con esquemas de pagos de acuerdo a tus necesidades, una tasa fija desde 9.90% durante toda la vida del crédito y hasta 15.5 años para pagar.
Eduardo Varón, director de Distribución de Banca Premier de HSBC México, recomendó, “La opción que se elija para financiar los estudios de los jóvenes, será determinante en el futuro, ya que de esta decisión dependerá si la carrera profesional se vuelve un trampolín para el desarrollo personal o una pesada carga para la familia”.