La economía global continúa en fase de recuperación. No obstante lo anterior, dicha recuperación se está llevando a cabo de manera asimétrica entre los países desarrollados y emergentes, en donde los primeros están observando mayores tasas de crecimiento, propiciando que se inicie el retiro de estímulo monetario que estuvo presente durante un largo periodo y que en muchas ocasiones se tradujo en flujos de capital hacia naciones emergentes y que ahora estén enfrentando salidas de capital, creando volatilidad e incertidumbre.

Es aquí donde las acciones del Banco de la Reserva Federal de EU (Fed) se tornan relevantes para el mundo y claramente para México también. Es por ello que, por ejemplo, la semana pasada los participantes de los mercados estuvieron atentos a los testimonios de Janet Yellen, presidenta del Fed, primero ante el Comité Económico del Congreso y luego ante el Comité de presupuesto del Senado.

Los testimonios fueron idénticos y reafirmaron un tono dovish (reflejando una mayor preocupación por crecimiento que por inflación), al señalar que el estímulo monetario está garantizado todavía por un tiempo prolongado. Si bien Yellen reconoció que la economía experimentará una aceleración este año frente a 2013, ante menores restricciones fiscales, un efecto positivo en la riqueza de las familias, un buen crecimiento de la economía global, fortalecimiento en la confianza de los consumidores y corporativos, y condiciones financieras que respalden la actividad económica y el empleo, también existen riesgos tanto internos como externos, que amenazan el crecimiento.

Mantenemos nuestra expectativa de que el Comité de Política Monetaria del Fed (FOMC) no alterará el ritmo de reducción en la compra de activos de 10 mil millones de dólares en las siguientes reuniones, por lo que el QE3 (estímulo cuantitativo en su tercera edición) estaría terminando en octubre próximo. Adicionalmente, consideramos que es muy probable que no se vea un incremento en la tasa de referencia de Estados Unidos (Fed Funds) sino hasta el segundo semestre del próximo año.

Ahora bien, en cuanto a la asimetría del crecimiento entre los desarrollados y los emergentes, la desaceleración que está enfrentando la economía china está siendo el factor clave de dicha asimetría. China ya no está creciendo a tasas de 10%, ni 9%, ni 8%. Es más, es probable que este año el PIB en China crezca alrededor de 7%. La encrucijada que está viviendo China es realizar reformas que modifiquen las fuentes de crecimiento de inversión y exportación, hacia consumo interno y a la vez, que no se desacelere la economía con los costos que la economía tiene que absorber para llevar a cabo estos cambios estructurales. La “suavización” de esta transición en la economía se hará mediante política económica.

La mayoría de los países emergentes están enfrentando actualmente cuatro choques. Dos externos y dos internos. Los externos identificados son el retiro de estímulo monetario del Fed y la desaceleración de la economía china. Los internos son un calendario electoral cargado y falta de reformas estructurales. En este sentido, vemos a México como un emergente, sí, pero un emergente diferente, porque sólo está enfrentando un solo choque: El retiro de estímulo monetario del Fed. Mejor aún, si el Fed está llevando a cabo esto, quiere decir que percibe que la economía de EU está mejorando, lo que beneficia a México aún más. Ahora sólo falta ver cuándo y cómo se van a instrumentar las reformas estructurales y cuándo repunta la actividad económica en México.

En este sentido, la semana pasada el Inegi publicó su reporte mensual del Sistema de Indicadores Cíclicos, que causó revuelo en la prensa debido, principalmente, a que los componentes cíclicos de consumo y empleo formal se ubicaron en su “fase recesiva”, sugiriendo que la economía mexicana podría estar ya en recesión.

En nuestra opinión, México no está enfrentando una recesión. Si bien este reporte del Inegi es un esfuerzo por identificar los ciclos económicos de nuestro país, que dos componentes estén en “fase recesiva”, no necesariamente quiere decir que la economía en su totalidad está en recesión. De hecho, creemos que la fortaleza de la demanda externa, el aumento responsable del gasto público y el repunte en la confianza del consumidor en México —que se han registrado recientemente—, apuntan a una recuperación de la actividad económica tan pronto como en el 2T14, como hemos expresado con anterioridad.

* Vicepresidente del Comité Nacional de Estudios Económicos del IMEF.

Google News