Uno de los principales logros de Agustín Carstens como gobernador del Banco de México fue anclar las expectativas y mantener la inflación dentro del objetivo planteado por el instituto a través de una política monetaria que buscaba anticiparse a los choques de precios en periodos de alta volatilidad como los que le tocó vivir, coinciden analistas.

Desde que asumió el cargo al frente del banco central el 1 de enero de 2010 a octubre de 2017, la inflación registró una tasa anual de 3.83% en promedio, cifra inferior al 4.54% registrado en un periodo similar, en años anteriores (de 2002 a 2009).

“Lo relevante de la gestión de Carstens es que continuó con esta convergencia de la inflación. Después de que había sido un problema constante de México, vino a consolidar el trabajo que había iniciado la gestión de Guillermo Ortiz y no sólo eso, además logró anclar las expectativas de los diferentes agentes económicos”, comentó James Salazar, analista económico de CI Banco.

Dentro de su gestión la inflación general anual llegó a tocar mínimos históricos de 2.13% en diciembre de 2015. Dado que Carstens tomó la inflación más cercana a la meta del Banxico de 3% más-menos un punto porcentual, esfuerzos para la disminución adicional fueron complicados, advirtió Adrián Muñiz, analista económico de Vector CB.

“No es que el objetivo sea que todos los meses los precios se mantenga en 3%, sino que la inflación tienda a ese nivel, y con Carstens se logró que las expectativas de mediano y largo plazos estuvieran ancladas, pse a que este año ha sido uno de los más turbulentos, los agentes económicos seguimos esperando que la inflación tienda en el mediano plazo a la meta del Banxico y esto se debe a las medidas tomadas por la Junta de Gobierno”, agregó Salazar.

Ajustes en tasas.

Durante la gestión de Carstens, la tasa de interés objetivo del Banco de México registró varios ajustes, primero a la baja al pasar de 4.5% a inicios de 2010 a 3% a mediados de 2014, para luego retomará su tendencia al alza a fines de 2015 y llegar a 7%, donde se ubica. Lo anterior, ante la turbulencia de los mercados y el temor de que la volatilidad del tipo de cambio se tradujera en presiones inflacionarias.

De inicios de 2010 a la fecha el tipo de cambio pasó de 12.48 a 19.40 pesos, llegando rebasar los 22 pesos. Lo que le preocupaba a la autoridad es que esta volatilidad y depreciación se tradujera en presiones inflacionarias o expectativas de alza de precios.

Con el alza en tasas e indirectamente por medio de la Comisión de Cambios, Banxico y Hacienda buscaron quitarle los efectos especulativos al tipo de cambio, con el fin de evitar presiones inflacionarias.

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