Alrededor de 20 empresas instaladas en México fabrican al menos un componente diferente que usa el avión más grande de Airbus: el A380.

Otras 14 firmas ubicadas también en el territorio nacional participan en la manufactura de accesorios tecnológicos que hacen volar al 787 de la estadounidense Boeing. Se trata de una industria joven en México, pero detrás de sus fuertes inversiones se ha armado un andamiaje para 200 empresas del sector aeroespacial.

Sin embargo, son pocas las empresas mexicanas, cerca de 5% de las 266 que ya operan y que participan en las cadenas productivas; no obstante México tiene el reto de colocarse en el ranking mundial de las 10 naciones en esta industria y una clara oportunidad de ser el país en América Latina que atraiga la mayor Inversión Extranjera Directa (IED) del sector.

Lo mismo ocurre con la empresa que detonó en el país el sector aeroespacial: Bombardier Aerospace México. De los 299 proveedores que tiene en el mundo y que fabrican algún componente para su avión CRJ200, 13 están en México.

Tras siete años de las primeras inversiones por Bombardier Aerospace México, éstas despertaron el interés de otras empresas de formar parte de los planes de globalización de las transnacionales.

Las ventajas competitivas —mano de obra capacitada y de menor costo en el país— llamaron la atención de General Electric para instalar uno de sus cinco centros de ingeniería que forman parte de su estrategia de globalización, y México se sumó a China, India, Rusia y Polonia como nueva sede para sus planes de expansión, afirma Vladimiro de la Mora, director general de Infraestructura de GE.

Con esta decisión, secundaron el plan que Bombardier Aerospace tenía previsto en México, instalándose en Querétaro en 1999 para apuntalar esa entidad como el primer clúster con vocación manufacturera de componentes aéreos.

Según Carlos Bello Roch, director general de la Federación Mexicana de la Industria Aeroespacial (Femia), organismo que agrupa a las principales empresas de este sector, son ya 17 estados de la República en los cuales figura la industria aeroespacial con empresas que generan más de 32 mil empleos calificados, tanto técnicos como especializados con grado de licenciatura y maestría, alineados con las necesidades del sector.

Y advierte: “convertir a México en un país con industria aeroespacial llevará su tiempo, pero deberán estar alineados industriales, academia y gobiernos con políticas públicas que dinamiten al sector”.

Añade que es importante generar las políticas que definan el rumbo aeroespacial para incorporar más proveeduría local e incentivar la competitividad.

Inversiones por los cielos

Cifras de la Femia refieren que la industria aeroespacial en México exportó en 2012 más de 4 mil millones de dólares y creció 20% anual entre 2002 a 2009, y de entre 25% y 30% en 2012.

Proyecciones de este organismo esperan lograr exportaciones superiores a 7 mil 500 millones de dólares para 2015 con 30% de contenido nacional y más de 350 empresas en la cadena productiva.

A cinco años de que iniciaron inversiones, México ha logrado retener a 92 proveedores de los 2 mil que manufacturan a nivel mundial componentes para aviones Airbus, Boeing, Bombardier y Embraer, refiere Carlos Bello Roch, de Femia.

Mano mexicana fortalece industria

El crecimiento de la industria aeroespacial no ha llegado solo, sino de la mano de la academia que articuló inversiones con el desarrollo de capital humano.

Pilar Abaroa, coordinadora de comunicación y relaciones públicas de Bombardier Aerospace México, coincide con Vladimiro de la Mora de General Electric en el sentido de que la vinculación con la academia permitió generar capital humano especializado, como consecuencia de la creación del Consejo Mexicano de Educación Aeroespacial (Comea).

Las inversiones en la industria aeroespacial han logrado articular objetivos entre empresas, autoridades e instituciones educativas para caminar hacia un objetivo: convertir a este ramo en un sector estratégico para el país con un alto potencial de inversión y generador de empleos.

De hecho, afirma Carlos Bello Roch, director general de Femia, “ya hay mucho camino andado, se ha logrado desarrollar la vocación industrial de cinco estados del país: en Sonora se producen turbinas; Baja California, arneses, instrumentos de navegación, turbinas y partes de fuselaje; en Chihuahua se desarrolla diseño e ingeniería y desarrollo de estructuras y en Querétaro, turbinas, trenes de aterrizaje, fuselajes, arneses, tableros digitales e instrumentos de navegación.

Incluso, las empresas que operan en México están certificadas con los más altos estándares de calidad, “la industria aeroespacial no es un juego, por eso ofrecemos seguridad por encima de todo”.

El directivo de Femia resalta que en estos momentos la industria automotriz ajusta su plataforma tecnológica para migrar al sector aeroespacial y convertirse en un proveedor del área con posibilidad de crecimiento en el país.

Google News

TEMAS RELACIONADOS