El año que finaliza trajo consigo continuas revisiones a la baja en cuanto a las estimaciones de crecimiento del PIB, indicando con ello que nuestra economía mostraba debilidad y que el ámbito exterior no ha logrado la fuerza necesaria para dejar atrás los efectos de la crisis de 2008 y 2009.

De acuerdo a cifras oficiales, durante el tercer trimestre del año, la serie del PIB ajustada por estacionalidad registró un incremento de 0.84% respecto al trimestre anterior, luego de la caída de 0.55% ocurrida en el segundo trimestre. Con este resultado se estimó un crecimiento para 2013 de 1.3%, pronóstico marginalmente mayor al del IMEF, que en su encuesta de noviembre ubicó al PIB en 1.2%.

Estamos ciertos que la economía mundial no presentó un ritmo del todo favorecedor; las economías emergentes se caracterizaron por su bajo crecimiento y la actividad y el comercio en las economías avanzadas aún se encuentra en lenta recuperación, lo cual repercutió sin duda alguna en el ritmo económico de nuestro país.

El nuevo gobierno, en su primer año de administración, estableció un ambicioso programa de reformas con miras a fortalecer el crecimiento económico nacional, que para 2014 el IMEF estima en 3.20%, frente al 3.40 que pronosticaba en octubre y 3.80% que perfilaba al iniciar el año. Con ello queremos decir que la incertidumbre prevalece y que aún no es del todo clara la expansión económica.

De acuerdo a los últimos datos del Indicador IMEF, la tendencia apunta a una recuperación incipiente de la industria manufacturera, mientras que en la industria no manufacturera, integrada por los sectores comercio y servicios, no se perciben indicios de que la debilidad sufrida en el transcurso del año haya finalizado.

Observamos que el gobierno federal se muestra optimista respecto a la economía mundial, particularmente del sector industrial de los Estados Unidos, lo que deberá reflejarse en un mayor dinamismo de la demanda externa. Esperamos que así suceda. El FMI ha reiterado que gran parte del desempeño de la economía mundial en 2014 dependerá del crecimiento de la economía estadounidense.

Respecto al ámbito interno, coincidimos con quienes opinan que México se encuentra ante una oportunidad histórica para alcanzar niveles de crecimiento económico más elevados y de manera sostenida, sustentados en la fortaleza económica interna y en la agenda de cambios estructurales que se está desarrollando, pero estamos conscientes de que los beneficios de las reformas recién aprobadas no se verán de inmediato y tendrán que pasar algunos años para que rindan frutos y es por ello la necesidad de que en estos momentos se apueste por una mayor eficiencia en el gasto.

No basta con tener más recursos, sino que estos deben ser administrados de manera eficiente y transparente. Debe combatirse a la economía informal y con ello robustecer los ingresos tributarios. Si esto no sucede, no habrá reforma que trascienda.

Como parte del Grupo de los Seis, el IMEF se pronunció en todo momento por el IVA generalizado, abarcando medicinas y alimentos con una tasa diferenciada, pero al final del día esto no prosperó, perdiéndose con ello una oportunidad histórica al optar por una solución políticamente posible. Ante este hecho, es imperante combatir la informalidad, uno de los peores males de nuestra economía que no se está atendiendo. Hace falta un plan decidido y severo de incentivos para promover la formalidad, acompañado de medidas sancionatorias.

Bajo este contexto, confiamos en que la reforma energética impulsará la economía y enviará señales positivas al exterior, logrando con ello contar con un mayor atractivo para los inversionistas y por ende, mejores niveles de crecimiento en los años venideros

Todos estamos confiados en que la aprobación de las diferentes reformas estructurales que de manera reiterada se ha dicho que necesita el país, permitirán crear un mejor entorno para alcanzar mayores niveles de crecimiento, pero tenemos que decir que la aprobación no es la panacea, debemos trabajar en su eficiente aplicación y esperar a que maduren y den los frutos esperados, es decir, el camino andado es correcto, pero aún falta mucho por recorrer.

* Presidente nacional del IMEF.

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