En los próximos seis años, la calificación de Pemex podría pasar de Ba1 a A3 debido al respaldo que seguirá teniendo la empresa por parte del gobierno federal, así como una mejor política financiera, indicó Nymia Almeida, vicepresidente senior de la Oficina de Crédito de Moody’s México.

Moody’s fijó este plazo para modificar la calificación de Pemex debido a que los proyectos de ejecución de la reforma energética tardarán en concretarse y a que los márgenes de ganancia de las empresas privadas son menores en exploración y explotación en aguas profundas que en aguas someras.

El éxito de la elevación de la calificación de Pemex también dependerá de cómo se lleven a cabo las próximas rondas, de la disponibilidad de personal capacitado para trabajar en nuevos proyectos, la transparencia en el manejo de los contratos y de la cantidad de impuestos que pagará la empresa al gobierno.

“La calificación de Pemex depende intrínsecamente en un 56% de factores cualitativos como cuánto produce, sus reservas, la calidad de las reservas, si es petróleo pesado o ligero. Y además de eso, cómo está integrado el negocio y la política financiera de la empresa para saber qué podemos esperar”, dijo Almeida.

El otro factor, que representa 44% de los elementos para elevar la calificación de Pemex, es la rentabilidad de la empresa.

Moody’s agregó que la inversión de Pemex en capital (Capex) pasará de los 26 mil millones de dólares que invierte en promedio cada año a 60 mil millones de dólares en 2018, gracias a los proyectos de asociación con empresas privadas que permite la reforma energética.

La calificadora indicó que 80% de ese Capex se concentrará en la exploración y producción de crudo.

“La empresa va a poder disminuir el Capex en algunos proyectos que no son tan atractivos y va a poder invertir en proyectos más atractivos en retornos, tiempos y cantidades, lo que también le va a permitir disminuir la toma de deuda”, agregó Almeida.

Incluso la exploración en campos maduros podría ser atractiva para empresas privadas que decidan asociarse con Pemex, además de toda la cadena de producción, almacenaje, distribución y construcción de refinerías.

El reto para Pemex en los próximos años será la rápida ejecución de los proyectos para obtener resultados pronto y mejorar la tasa de éxito en los proyectos de exploración, pues actualmente es de 50% de éxito en inversiones que rondan los 150 mil dólares por pozo explorado, para que al final se encuentre crudo de muy baja calidad o muy poco, indicó la firma calificadora.

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