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Dentro de Pemex Refinación las direcciones Comercial y de Distribución se disputan el control de casi 20 mil pipas que atienden a más de 70 terminales de almacenamiento de combustibles y 10 mil estaciones de servicio en el país.
Mientras ambas direcciones aclaran los alcances que tienen en sus atribuciones, la Asociación Nacional de Transportistas al Servicio de Pemex prepara una demanda en contra de la privatización del abasto de gasolinas, diesel y turbosina, un proyecto impulsado por el director de Comercialización de Pemex Refinación, Mario Navarrete.
Según Javier Durán, miembro de la Asociación Nacional de Transportistas al Servicio de Pemex, la paraestatal pretende que toda la distribución entre refinerías y terminales la lleven a cabos dos empresas: UNNE, de Noé Paredes, y Grupo Nieto, de Sergio Estrada.
Esta demanda podría llevarse a cabo con el apoyo de la Canacar, quien la está analizando desde el miércoles pasado cuando fue presentada a la organización.
Actualmente, la paraestatal tiene un esquema donde los transportistas llamados PR hacen los fletes dentro del organismo y hacia terminales de almacenamiento privados, como son consideradas las de ASA, son 2 mil 779 autotanques y representan cerca de 15% del total.
De acuerdo con un correo electrónico enviado por Javier Durán al Comité de Empresas Transportistas al Servicio de Pemex Refinación de Canacar, se señala que Mario Navarrete, director Comercial, ha propuesto bajar las tarifas a los transportistas y beneficiar a estas dos empresas. La demanda contra Pemex fue presentada el miércoles de la semana pasada en la reunión que sostuvo la Canacar.
Pero los cambios que quiere hacer la dirección de Comercialización van más allá de los autotanques tipo PR y quiere meterse con los otros dos esquemas de transporte existentes, que son los FZ, que suman 10 mil 449 pipas (57% del total del parque vehicular), y los AZ, otros 2 mil 39 autotanques (11% del total).
Estos dos tipos de vehículos son usados para transportar producto de Pemex a las estaciones de servicio y los criterios vigentes provienen de la Dirección de Distribución, quien opina que el control y seguridad en el abasto de combustibles está en manos del monopolio.
Este criterio tiene como objetivo impedir la entrada del mercado negro a las estaciones de servicio, ya que sólo de esta manera se tiene el control sobre la cantidad de combustible que se vende.
Sin embargo, la Dirección Comercial quiere que esté en manos del propio empresario gasolinero, quien podría adquirir el producto sin prácticamente control alguno.