Uno tiene muchos sueños, proyectos… pero no tiene el dinero para realizarlos. Eso es una realidad que se presenta cotidianamente para muchas personas y puede ser verdaderamente frustrante, pero no forzosamente una limitante para alcanzar los objetivos, de acuerdo con el presidente de Industrias Ferroplásticas, Jesús Calderón Calderón.

“Es por eso que a veces yo me avoco a ayudar a las pequeñas y medianas empresas, a conseguir fondos, porque uno tiene muchos sueños y muchas ilusiones, y no tiene uno dinero.

“Y sabe uno hacer las cosas, eso es lo que a mí me frustraba. Yo decía: si tuviera, si yo tuviera (más recursos) haría esto o aquello, pero uno no tiene dinero y no tiene acceso a crédito, así que anda uno tocando puertas”, reconoció en entrevista.

Para el empresario, y actual presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) en Querétaro, no faltan las dificultades y retos, pero con trabajo y una buena organización, es posible salir adelante.

Jesús Gustavo Calderón es ingeniero mecánico, egresado de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica, del Instituto Politécnico Nacional (IPN), y cursó una especialización en polímeros.

“Yo soy del norte de Zacatecas. Hago los estudios de primaria y secundaria en mi tierra y me voy a hacer la vocacional a México (DF), al Politécnico; allá me recibo, trabajo un tiempo, me caso, y después me voy a Guadalajara con una empresa donde trabajaba”, comentó el dirigente.

Calderón comenzó su propio negocio en la perla tapatía en el año de 1989, y en 1990 tuvo la oportunidad de cambiar su empresa a Querétaro, al municipio de Corregidora.

“De Guadalajara me vengo a Querétaro, ese ha sido mi peregrinar y creo que en Querétaro ya echamos raíces… llegué con cinco máquinas de inyección y de ahí no hemos dejado el giro hasta la fecha”, dijo.

El interés por la industria del plástico surgió a partir de que en los años 70 y 80 no había tanta oferta de maquila de inyección en el país. Calderón encontró buenas ofertas de negocio en el estado, principalmente con empresas grandes de distintas ramas industriales, que requerían de piezas de dicho material.

Pero, hacia 1995, la caída en la demanda por parte de uno de sus principales clientes provocó un giro en la compañía, y las circunstancias permitieron al equipo de Calderón emprender la producción de piezas propias para venta directa.

“Ya teníamos unos moldecillos que por el exceso de trabajo no habíamos explotado, y dijimos: ahorita que tenemos tiempo, vamos a ver qué podemos hacer”, comentó.

“Nos pusimos a fabricar, fuimos a México a ofrecer nuestros productillos y empezó a jalar el negocio, empezamos a sobrevivir de esto y tal fue el éxito, que pudimos hacerlo hasta el día de hoy”, expuso Calderón.

Sin embargo, comenzar una línea de producción propia en plena crisis económica no es una tarea sencilla, aunque para el industrial este tipo de circunstancias pueden representar áreas de oportunidad.

“Ahí es donde veo las grandes oportunidades, para los muchachos —por ejemplo— y más para los de clase baja, porque un chavo que tiene dinero no siente esa afección de alguien que no tiene, que ya es casado, con hijos, y que diga: me quedé sin chamba y ahora qué le voy a dar de comer a mis niños, es distinto.

“Eso es lo que te hace salir adelante, y la crisis que te pongan enfrente te la chutas, eso es lo que le pasa a mucha gente de clase baja, como fue mi caso”, recordó Jesús Calderón.

Así, poco a poco el ingeniero logró adquirir más maquinaria conforme fue generando flujo de capital, y, “gracias a Dios y a la seriedad de nuestros clientes, que pagan bien, nos hemos hecho de créditos con proveedores”.

Ahora, Grupo Industrias Ferroplásticas está conformada por tres empresas: una distribuidora, una transportista y otra enfocada a la fabricación de empaques. La compañía cuenta con 105 máquinas de inyección y aproximadamente mil empleados en total.

Para el primer tercio de 2014, espera consolidarse como una empresa de manufactura de clase mundial.

En lo que se refiere a su participación en los organismos empresariales, Jesús Calderón dijo que concluirá su gestión en Canacintra Querétaro dentro de tres años, y después preparar su retiro en unos tres o cuatro años.

“En la empresa mis hijos me ayudan mucho, aunque siento que les falta el último jalón (…) sinceramente quiero cumplir con este cometido e irme a descansar con la tranquilidad de saber que mis hijos ya tienen la madurez para llevar el negocio, y que les vaya bien”, concluyó.

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