Madrid.— La farmacéutica británica AstraZeneca, presente en España desde 1953, realizó el pasado año una de las operaciones más importantes del sector farmacéutico español al comprar a la catalana Almirall todo su negocio de medicamentos respiratorios, por mil 500 millones de euros.

El presidente de AstraZeneca en España, el francés Ludovic Helf-gott, ha sido el artífice de esta integración y de cambiar la filosofía de la compañía en nuestro país desde su llegada en septiembre de 2013.

¿En qué ha cambiado AstraZeneca en España desde su llegada hace dos años?

—Lo que hicimos hace dos años fue cambiar por completo de filosofía y apostar de nuevo por la ciencia. Porque si no inviertes en ciencia te vas a quedar en una empresa que sólo puede optimizar su cartera de productos o la de otro. Si no inviertes y te enfocas en la ciencia vas a perder la posibilidad de cambiar el futuro de los pacientes. La decisión fue apostar por hacer una inversión brutal en investigación y recuperar moléculas que ya tuvimos y que las habíamos dejado aparcadas. Este cambio coincide con la llegada de nuestro consejero delegado Pascal Soriot. Y nos hemos encontrado con joyas que teníamos paradas. El cambio se multiplicó en España, porque aquí hay una ciencia de primer nivel.

¿Y cómo se transforma una compañía en dos años?

—Hemos pasado de una mentalidad de una big pharma con un modelo antiguo a adoptar procesos pensando como una biopharma, más pequeña y tomando riesgos. Ahora mismo tenemos un modelo que sería una big biopharma. Parece una tontería, pero no lo es tanto. Porque tenemos que tomar riesgos al investigar en inmunooncología, por ejemplo, y al ser una farmacéutica grande tienes un posición financiera que te permite hacerlo.

Lo que intentamos es una mezcla. La agilidad de la biopharma, creando esos pequeños grupos de proyectos para desarrollar un medicamento, pero también tener las espaldas y la tarjeta de crédito de una gran farmacéutica. Y queremos tomar riesgos.

¿Se han posicionado en algunas áreas claves?

—Sí, ahora tenemos tres grandes áreas: inmunooncología, enfermedades metabólicas y diabetes, y anticuerpos monoclonales y enfermedades respiratorias. Nos centramos en enfermedades no cubiertas y hemos dejado aquellas patologías donde no podemos dar un valor añadido.

No queremos ser el tercer o el cuarto fármaco de una misma clase. Hemos vendido moléculas a otras farmacéuticas. Y a veces hacemos joint ventures como en antibióticos y en Alzheimer con otras empresas. Así podemos unir fuerzas para desarrollar proyectos conjuntos, incluso con Gobiernos, en el caso de antibióticos.

¿Qué les ha aportado los últimos acuerdos con BMS y Almirall?

—Con BMS (Bristol-Myers Squibb) teníamos una joint venture para diabetes y en 2013 decidimos comprar 100% de la compañía. En España hablamos de 100 personas que se incorporaron a principios de 2014 a AstraZeneca. Y con Almirall hemos incorporado 200 personas. Hemos sumado tanto a plantilla de la red comercial, como de la parte científica.

¿Qué inversión supondrá en España la compra de los activos de Almirall?

—Es una inversión de 650 millones de dólares en tres años. Es una de las grandes inversiones de la compañía a nivel internacional.

Hemos abierto un centro de investigación y desarrollo, donde hacemos estudios en las primeras fases con nuevos dispositivos. Para mí ha sido el reconocimiento a la calidad y el talento del tejido científico de este país.

¿Por qué se decidió hacer esta importante inversión precisamente en España?

—El área de respiratorio era muy importante para AstraZeneca y ya habíamos hecho muchos estudios de investigación en España en esta área. La compra de la franquicia de Almirall era ideal para trabajar aquí con estos investigadores y situarnos como un líder en la red comercial, pero también en la investigación. Barcelona será el referente mundial para nuestra compañía en el área de inhalados y dispositivos.

¿Y qué supone actualmente España para la multinacional?

—España hoy es el primer país europeo para la inversión de Astrazeneca en investigación. Hemos multiplicado por dos la inversión en dos años.

¿Volverán a subir las ventas tras las caídas de los últimos años?

—Es verdad que han ido bajando, pero hemos hecho inversiones para que vuelva a crecer en el futuro. Tenemos planes para crecer en España, pero siempre como empresa responsable y no a base de golpes sin continuidad.

También hemos sufrida una pérdida de patentes que nos ha afectado en los últimos tiempos.

Ahora, hemos pasado de sacar un producto nuevo en dos años a siete en los dos años siguientes, concretamente entre 2013 y 2015.

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