Según Jeremy Riffkin, autor del libro La tercera revolución industrial, la convergencia de las comunicaciones basadas en internet y las fuentes de energía sustentables dan lugar a una nueva revolución tecnológica que ha tenido gran impulso durante las últimas dos décadas.

La industria automotriz sirve de ejemplo. Cada año en los autoshows más importantes del mundo son presentados avances tecnológicos centrados, según Boston Consulting Group, principalmente en cuatro áreas: conectividad, autonomía, fuentes alternativas de combustible y materiales ultraligeros.

El sector, de por sí competitivo, está recibiendo hoy a nuevos jugadores con sus novedosas tecnologías. Tesla, por ejemplo, incursionó en el mercado ofreciendo vehículos eléctricos de alto rendimiento con un desempeño superior a los similares de fabricantes tradicionales. Hasta el 31 de diciembre de 2014, Tesla había vendido 57 mil unidades de su Modelo S en todo el mundo.

La conducción autónoma es otra área de innovación que promete revolucionar el sector.

Empresas como Google y Apple se perfilan como las principales amenazas para los fabricantes de equipo original de la industria.

Sebastian Thrun, profesor de inteligencia artificial de la Universidad Standford, comentó para la edición de octubre de Newsweek que Google no sólo quiere alejar al conductor del volante, sino también de la posesión del automóvil, pues se espera que los vehículos autónomos lo trasladen de un punto a otro a un costo inferior al de poseer un automóvil con baja utilización y una alta depreciación. Google no pretende vender un producto de consumo, sino un servicio de movilidad. De tal manera que la industria automotriz tendrá que racionalizarse ya que la productividad se verá incrementada en función de los automóviles y su uso, que será muy superior a la utilización actual de dichos activos.

Thrun presenta una prospectiva del sector automotriz, destacando que General Motors está trabajando en la tecnología de conducción autónoma “Super Cruise”, que se espera esté lista en 2017 y que debiera llevar a un futuro en el que la industria automotriz estaría vendiendo sistemas de propulsión capaces de coordinar redes de transporte.

Se espera que Google presente también en 2017 el automóvil autónomo sin volante ni acelerador. En el año 2020 los automóviles autónomos incursionarán en la industria de la construcción, minería, excavación y en los países desarrollados se verán disminuidos los puestos de trabajo de choferes. En 2025 habrá automóviles autónomos en el mercado por un precio adicional de 10 mil dólares.

Si tomamos en cuenta que actualmente circulan en el mundo más de mil millones de automóviles y existe una capacidad instalada para producir 100 millones de automóviles al año, finalmente las nuevas tecnologías permitirán reducir el parque automotriz mundial.

En 2035 los automóviles autónomos permitirán reducir el tráfico en las grandes ciudades disminuyendo de manera importante la contaminación y facilitando la vialidad.

Recordemos que actualmente en los países desarrollados la proporción que existe es de un automóvil por cada dos habitantes.

En 2040, los vehículos autónomos serán accesibles para las personas de ingresos medios, reduciendo los costos de transportación.

La cuestión es si las empresas de equipo original llegarán al futuro a tiempo para competir con los nuevos modelos de negocio que proponen Google o Apple, o si se convertirán en empresas suministradoras del “hardware” de estos nuevos competidores.

*El autor es profesor decano del área de Dirección de Operaciones de IPADE Business School.

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