El gobierno federal planea construir tres centrales nucleoeléctricas en Veracruz entre 2026 y 2029, así como utilizar reactores nucleares tipo SMART (modulares pequeños) para generar la electricidad que demanda Baja California Sur.

De acuerdo con la Prospectiva del Sector Eléctrico 2015-2029, elaborada por la Secretaría de Energía (Sener), se está trabajando en una adición de capacidad de energía nuclear por 3 mil 850.0 megawatts (MW) entre 2026 y 2029, a instalarse en el país bajo la nueva Ley de la Industria Eléctrica.

Esta capacidad adicional representaría un incremento de 290.7% con respecto a los valores de 2014, con la operación de la única central nucleoeléctrica que tiene México -Laguna Verde-, lo que permitiría pasar de mil 400 MW a 5 mil 470 MW, sobre todo a partir de 2026.

La ubicación exacta de estas tres centrales está todavía en estudio, pero serán construidas en el estado de Veracruz.

La primera de ellas en entrar en operación en 2026 es la central clasificada como CN LIE 01 con una capacidad de mil 225 MW; al año siguiente entrará en operación la CN LIE 02 con igual capacidad; y, en 2028, empezará a operar la CN LIE 03 de mil 400 MW. Todas ellas serán administradas por la Región Oriental Veracruz de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

Al mismo tiempo, las autoridades del sector energético trabajan también en las opciones para garantizar el flujo de energía eléctrica a Baja California Sur, que es hasta el momento, la única zona del país que opera de manera aislada al Sistema Eléctrico Nacional.

Después de varios estudios realizados por el Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares (ININ), se determinó que una de las opciones más rentables es el empleo de reactores nucleares SMART (con capacidad de hasta 100 MW) como cogeneradores de electricidad, incluso por encima de las plantas de ciclo combinado.

En el apartado para justificar y retomar el programa nucleoeléctrico, la Sener sostiene que el desarrollo de estos proyectos apoyará la diversificación de la matriz de generación, reduciendo la exposición al riesgo asociada a las variaciones en el pecio de los combustibles fósiles, en este caso, la volatilidad del precio de gas natural, combustible del cual depende sobremanera la estrategia de construcción de centrales de ciclo combinado.

Otro de los factores es que la instalación de estas plantas permite cumplir con las metas de mitigación de emisiones y de generación con base en energías limpias. “En este sentido, la opción nuclear representa una de las mejores alternativas”. Además, añade, en caso de que se desarrolle un mercado de emisiones en el futuro, el instalar este tipo de plantas reduciría los costos del Sistema Eléctrico Nacional.

Este mercado, detalla el documento, busca resolver, entre otros, problemas de contaminación del aire y proveen incentivos a los participantes para que estos reduzcan sus emisiones, en función de sus propias estructuras productivas, tecnológicas y de costos. Los participantes que emitan menos de lo permitido pueden vender los montos de sus reducciones a aquellos participantes cuyas emisiones exceden su cantidad máxima permitida.

Por si eso fuera poco, la construcción de centrales nucleoeléctricas ayudará a liberar gas natural para el consumo de sectores estratégicos.

El sector petrolero y el sector industrial tienen una alta demanda del combustible. De no realizarse los proyectos de generación nú-

cleoeléctrica, este consumo adicional de gas natural por parte del sector eléctrico, tendría un impacto en la disponibilidad del combustible, presionando al alza al precio del gas.

Por ello, plantea la dependencia, es necesario desarrollar las capacidades humanas asociadas al desarrollo de un programa nuclear y retomar los estudios para la identificación de las reservas nacionales de uranio mineral.

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