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Berlín.— El escándalo de las manipulaciones en motores diesel del fabricante automovilístico alemán Volkswagen se extendió aún más, al informar que se han detectado "irregularidades" en la certificación de emisiones de CO2 que afectan a alrededor de 800 mil vehículos del grupo. En una primera evaluación se cuantificaron afectaciones por 2 mil millones de euros.
Las manipulaciones terminaron por salpicar a marcas de vehículos como Porsche y Audi.
“Durante las investigaciones internas se hallaron incoherencias inexplicadas al determinar (...) los niveles de C02. Basándose en nuestros conocimientos actuales, alrededor de 800 mil vehículos del grupo Volkswagen están afectados”, dijo en un comunicado.
Los motores afectados son los diesel de 1.4 litros, 1.6 litros y 2 litros, en modelos de VW, Skoda, Audi y Seat, además de un motor de gasolina.
Desde septiembre pasado, el fabricante europeo arrastra el escándalo por el trucaje de los diesel que afectaba a 9.5 millones de vehículos.
El presidente de la junta directiva del grupo, Matthias Müller, recordó que desde el principio del escándalo se comprometió a aclarar lo sucedido “completamente y sin miramientos” y afirmó que no se detendrá “ante nada y ante nadie”.
El nuevo escándalo de la automotriz tuvo repercusión sobre el precio de las acciones del fabricante alemán, que ayer cerró con pérdidas de 1.51%, para concluir en 111 euros.
Bajo la lupa. La Agencia de Protección del Medio Ambiente de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés) ha dicho que Volkswagen usó dispositivos para alterar pruebas de emisiones en los motores diesel V6 de tres litros, que usan los modelos Porsche y Audi.
Analistas dijeron que la aparente ampliación del escándalo a las marcas más prestigiosas de Volkswagen era preocupante, particularmente porque Matthias Müller —elegido el mes pasado para superar el escándalo—, fue responsable de Porsche.
“Incluso el presidente ejecutivo Matthias Müller, como ex CEO de Porsche podría tener que preguntarse si tiene algo de responsabilidad” en el caso manifestó Jürgen Pieper, analista de Bankhaus Metzler.