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Pros y contras de una reparadora

Pros y contras de una reparadora
02/06/2016 |00:56
Redacción Querétaro
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Uno de cada tres mexicanos tiene un mal historial crediticio, así que no sería raro que, por desgracia, estuvieras endeudado. La encuesta “Hábitos de préstamos inmediatos y personales”, señala que 35.5% de los mexicanos tiene mal historial crediticio, ha olvidado alguna vez pagar su préstamo o crédito al menos una vez, lo cual, inevitablemente, ha lastimado su score, es decir, la puntuación que permite conocer su comportamiento crediticio.

Estar endeudado no sólo afecta al bolsillo, sino que también se ha comprobado que daña las relaciones personales, el ánimo y la salud de quien debe dinero, pero, ¿Qué hacer cuando se está en esta espiral? ¿Cuándo pedir ayuda? Cuando ya no incrementas tu deuda, pagas todo lo que puedes al mes y aún así la cantidad sigue aumentando, explica Enrique Horcasitas, cofundador de ComparaGuru.com.

¿Lo logras solo?

Si crees que puedes resolverlo tú, aquí va un esquema de cómo hacerlo. La Procuraduría Federal de Defensa del Consumidor (Profeco) da una serie de pasos para hacerlo: Primero, enlista todas tus deudas, luego de cada una, divide el saldo entre el pago mensual o mínimo obligatorio para cubrir para que sepas en cuánto tiempo pagarás cada una.

Ordénalas de la que requiera menos tiempo a la que más. Cada mes paga el mínimo de todos y abona un monto extra a la deuda 1. Recorta tus gastos y abona ese extra a esta deuda. Ya que termines de pagarla, a la deuda 2, además del mínimo que ya venías abonando, paga lo que destinabas a la 1 en la lista, tanto el mínimo como el extra. Y así sucesivamente.

Otra opción para deshacerte de lo que debes es “consolidar tu deuda”, es decir, transferir todos los montos de otros plásticos a una sola —hay tarjetas de crédito diseñadas para eso— que tiene menor interés.

Pero si ninguna de éstas es suficiente, también se encuentra la posibilidad de contratar a una reparadora de crédito.

¿Qué son? “Una reparadora de deuda o de crédito es una institución especializada a negociar —a nombre de sus clientes— ciertos descuentos para saldar deudas. A veces logran rebajas de hasta 70% (aunque el descuento dependerá del prestamista) y una de sus principales características es que son expertos en contactarse directamente con las entidades financieras”, explica en un texto de orientación al respecto, ComparaGuru.com, un sitio experto en comparar productos financieros.

Cada una tiene su propio esquema, debido a que no están reguladas por la ley. De hecho, desde hace varios años se ha urgido a la regulación de estas figuras sin éxito.

“Existen en México opciones de empresas como Resuelve tu deuda, Deuda fin, o Renace (Reparadora Nacional de Crédito) que ofrecen este tipo de servicios o apoyo para la gente con deudas, mismas que si bien están identificadas y en operación, no existe a la fecha un marco legal para regular su operaciones”, señala la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) en un comunicado.

Si bien en otros países ya existe el marco legal, en México esta falta de regulación favorece a la existencia de fraudes. Debes tener claro que nadie de un momento a otro puede borrar el mal historial crediticio que seguramente ya tienes si es que debes y has dejado de pagar.

“Si tienes problemas con tu historial crediticio, recuerda que nadie puede ‘arreglar’ o modificar la información que aparezca en tu reporte de Buró de Crédito”, sostiene la Condusef. Si alguna supuesta empresa te promete que mediante el pago de cierta cantidad de anticipo va a arreglar esta situación, ten cuidado porque te está mintiendo y así funciona la mayoría de los fraudes en este tema.

La mancha se queda

Ten en cuenta que ni una reparadora ni nadie podrá reparar esta mancha que ya tiene tu reporte del Buró de Crédito. Sólo el tiempo y tu buen comportamiento crediticio de hoy en adelante lo hará. Negociar —ya sea que lo hagas tú o que lo haga la reparadora— un descuento con un banco o cualquier institución crediticia se le denomina “quita”. Con una quita tú pagarás menos pero en tu reporte quedará el testimonio de la cantidad que debías y de que quedaste a deber cierto monto, no importa que haya sido la propia institución bancaria la que te haya ofrecido la negociación.

El negociar con la institución lo puedes hacer por tu propia iniciativa, no es facultad exclusiva de estas empresas. Incluso, la institución a la que le debes —por ejemplo, algún banco— es muy probable que se te acerque para ofrecerte un descuento sobre la deuda, sobre todo por ahí del mes ocho o 10 a partir de que dejaste de pagar y te puede ofrecer hasta descuentos de 80% o 90%, explica Ángel González,  director general de la Organización Nacional de la  Defensa  del  Deudor, una asociación civil sin fines de lucro que se dedica a ofrecer asesoría al respecto.

¿Cómo funcionan? “Cada institución pide requisitos diferentes, pero generalmente las reparadoras cobran un pago por comenzar una apertura y consolidación de deuda, que incluye la gestión de trámites. Otras fijan un monto mensual o bien, cobran un porcentaje o comisión de lo que se logre reducir del adeudo”, explica ComparaGuru.com. En este sentido, la recomendación es comparar los esquemas de  otras reparadoras para analizar cuál conviene más o si de plano tu institución crediticia ya te ofreció una negociación del monto que debes, es probable que negociarlo de manera directa te convenga más.

Entre los beneficios que ofrecen están la asesoría especializada en negociación de la deuda; la orientación legal y financiera; el acceso a una amplia red de contactos crediticios; la posibilidad de obtener descuentos en la deuda de hasta 70% y la de obtener un nuevo plan de pago y el que ellos se vuelvan intermediarios con los despachos de cobranza y ya no te molesten, según enumera ComparaGuru.com.

Así que, ¿Escoger una de estas instituciones o no para pagar tus deudas? “Depende de cada persona el cómo resolver sus deudas. Pero también hay otras opciones”, explica Ángel.

Lo que sí es que antes de contratar alguna, las recomendaciones son varias: que verifiques en la Profeco y en la red cómo están en cuanto a reclamaciones; que las visites o te entrevistes con algún representante, preguntes todos los detalles y pidas una copia de un contrato para que lo analices; que tengas claro de cuánto es lo que vas a terminar pagando en comisiones y si tienes alguna duda de un término o condición, la aclares muy bien antes de firmar.

“Esto es lo que pueden hacer los interesados, porque los promotores de la reparadora te van a decir maravillas”, explica el especialista.

Entre las quejas que reciben en la Organización de la Defensa del Deudor sobre este tipo de instituciones es que las comisiones son muy altas, que el no pagar la mensualidad o el monto de ahorro al mes tiene una penalización económica, que algunas reparadoras no ofrecen asesoría legal cuando los deudores son demandados por la entidad a la que le deben o que las reparadoras de crédito estipulan un plazo forzoso y éste no puede anticiparse. Toda esta información que seguramente viene en el contrato, por eso hay que leer antes. Y si no, no olvides preguntar.