El próximo septiembre Gabriela Juárez Rogel llevará sus productos hechos a base de coco a España. Apenas con un año incursionando en este mercado, la oriunda de Acapulco, Guerrero, dice que nadie es profeta en su tierra.

La mujer de mediana edad dice que comenzó en esta actividad hace tres años, pero sólo elaboraba el producto para su familia y por un asunto personal de salud, porque padeció hernia hiatal.

“Sé que el aceite de coco es muy bueno para curar la gastritis y me ayudó mucho para cerrar la hernia hiatal, y a partir de ahí, como decía mi abuelita: no hay mal que por bien no venga (ríe) y empecé a usarlo con mi familia, lo uso como comestible; en lo de belleza las amigas me decían que no fuera envidiosilla, que les vendiera.

“Tengo una amiga que empezó con su pelo, que se hizo la decoloración, y me dijo que sabía que el coco era muy bueno para cuidar el cabello, y pedía que le vendiera. Todavía tardé 15 días para dárselo. Le vendí medio litro y ella le dijo a otra y otra. Así empezó Tía Coco, con dos frasquitos”, recuerda.

Incursión y productos

Gabriela asevera que en enero del año pasado comenzó a vender en forma y fue un éxito entre la población queretana.

Exfoliantes faciales y corporales, crema de mano, bálsamo labial, contorno de ojos, desmaquillante, crema hidratante, desodorante, pasta dental, cremas de día y de noche, crema de pelo, así como aceite de coco comestible son los productos que elabora.

El aceite de coco, señala, sirve para cocinar cualquier tipo de producto, pues se puede usar en sustitución de otros aceites que no son tan nobles, pues a personas con colitis y gastritis les ayuda a disminuir los síntomas, cae bien al estómago.

El aceite que vende Gabriela lo tiene en su stand en el Mercadito La Tuna, en Centro Cultural Manuel Gómez Morín, donde acude los sábados.

El producto es transparente, no tiene el color de los aceites con los que normalmente se cocina, como el de canola, cártamo o girasol.

“Lo que contiene el aceite son grasas buenas, son de cadena media. Sus propiedades son excelentes, por eso le dicen el rey de los aceites. Lo que tienen son grasas buenas que sirven para la salud. Sirve para aderezar, cocinar, hacer postres. Es muy recomendable”.

Los productos de Gabriela están envasados de manera profesional, además de contar con una presentación que los hace atractivos.

Cruzar fronteras

Gabriela comenta que su meta es exportar su producto. A finales del año pasado acudió a una exposición en la ciudad de Morelia, Michoacán, donde la invitaron a un evento en España, por parte de ProMéxico.

Será en septiembre próximo cuando Gabriela acuda a España a presentar sus productos y su marca, con un apoyo de 70% para visitar tierras europeas, aunque aún no les dan todos los detalles de la visita.

Actualmente, dice, sus productos se venden en varios destinos turísticos del país, incluyendo su natal Acapulco, Los Cabos, Baja California Sur; Ensenada, Baja California, así como en varios puntos de Querétaro como San Juan del Río, y en fechas próximas, comenzará en Cancún, Quintana Roo.

Gabriela precisa que a pesar de su éxito en Querétaro y vender sus productos en varias entidades del país, en Acapulco apenas la van a reconocer, pues un medio de comunicación de Guerrero la entrevistará, por ser un caso de éxito de una acapulqueña.

“Nadie es profeta en su tierra”, subraya mientras ríe.

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